Los orígenes soviéticos en la música electrónica

Muchos años antes de que Kraftwerk inaugurara oficialmente la era de la música electrónica comercial – dando paso a un amplio género llamado a mover masas– hubo una serie de atrevidos músicos experimentales que arriesgando y construyendo sus propios instrumentos electrónicos, sentaron las bases de dicha materia. 

Entre esos pioneros, y aunque apriori sorprenda a muchos, tuvieron un papel destacado músicos soviéticos en una combinación inédita entre tecnología y arte. Y no solo en la URSS, sino que a lo largo de la Europa del Este hubo una remesa de artistas que– aunque han sido totalmente olvidados y en la práctica no pasaron de un público absolutamente minoritario– dieron saltos de gigante en el avance de la música electrónica.

La explicación de ese fenómeno reside en que tras la Revolución de 1917, la actitud del Partido Comunista hacia las manifestaciones artísticas que se salían de los cánones preestablecidos para explorar otros terrenos fue muy favorable. Estas eran consideradas como una forma de revolución en las artes, al romper con la estética creada durante siglos de dominación aristocrática y burguesa. Por lo tanto, esta música iconoclasta que podemos identificar como “música electrónica” recibió la aprobación de las autoridades, que promovieron su producción.

No obstante, esta situación no duró mucho. Las privaciones económicas y las dificultades políticas durante la construcción del socialismo en la URSS que incluyeron los bloqueos y agresiones de las potencias capitalistas dejaron a un lado las tendencias ultraizquierdistas de las vanguardias artísticas. Si a ello se le suma el profundo desgarro social que produjo la II Guerra Mundial en el Este de Europa se comprende porque hubo una cierta parálisis en el desarrollo de  esos fenómenos.

A pesar de ello, y del olvido en el que se hundieron muchas de aquellas figuras, hay algunas cuya estrella sigue brillando con fuerza. Es el caso del compositor ruso León Theremin (1896-1993) uno de los padres de la música electrónica e inventor en los años 20 del instrumento pionero que lleva su nombre, con el cual hizo giras por Europa y América, logrando un enorme éxito. Theremin llevó una vida de extravagante invención musical unida a una atrevida clandestinidad electrónica. El teremin, único instrumento que se interpreta sin tocarlo, fue una sensación mundial y abrió el camino al moderno sintetizador. Su sonido extravagante llegó a hacerse familiar en películas de ciencia ficción e incluso en la música rock.

Durante su juventud en la nueva Unión Soviética, había cautivado a Lenin con su “eterfono” pero como científico soviético, Theremin dedicó su vida y obra al servicio del espionaje. Asignado a los EEUU a finales de los años 20 y en los 30, su maravilla electroacústica hizo furor en la sociedad neoyorquina, mientras pasaba datos de la tecnología industrial gringa a sus camaradas soviéticos.

Andrei Volodin (1914-1981) fue otro pionero olvidado. Diseñó el primer sintetizador musical análogo, llamado “ekvodin”, en 1932. Volodin participó en conciertos y conferencias en la URSS, colaborando con otros inventores como Konstantin Kovalski, que estaba desarrollando nuevas versiones del tereminvox, y Evgueni Murzin (inventor del sintetizador ANS).


Si buscáis en internet podéis encontrar información sobre este episodio olvidado de la Historia de la Música.