El Sirviente

 

 

La película El Sirviente (1963) es quizá la película más conocida de la filmografía de Joseph Losey. Losey (Wisconsin, 1909 - Londres, 1984) empezó su carrera artística dentro del teatro; estudió en Alemania con Bertolt Brecht, con quién aprendió técnicas de montaje y escenografía, coparticipando en la puesta en escena de la obra Galileo, escrita por el propio Brecht. Tras algunos años en Hollywood, Losey fue perseguido por el macarthismo por sus contactos con la izquierda del país, acabando por afiliarse al Partido Comunista en 1946. La compra de RKO por parte de Howard Hughes (el personaje hecho famoso por Leonardo Dicarpio en El Aviador) y su política anticomunista en el cine usamericano acabó por obligar a Losey a exiliarse al Reino Unido, donde dirigió con algo más de libertad la parte más conocida de su filmografía, entre la que se incluye El Sirviente.

Esta película  supuso la primera colaboración entre Losey y el Premio Nobel Harold Pinter que se plasmaría en una trilogía (El Accidente y El Mensajero serían las otras dos películas). En ella, Tony (James Fox), un alto burgués de Londres, contrata a Hugo Barrett (Dirk Bogarde) como su sirviente. Lo que en principio parece una relación clásica entre amo y sirviente acaba tornándose en una compleja relación, en la que algunos críticos han llegado a ver un guiño a la represión homosexual, en la que se transmutan los roles de clase y el dominante pasa a ser dominado y viceversa. El tema principal planteado por Losey es la psicología de la lucha de clases y la inevitabilidad, por las actitudes y valores inherentes de clase, de la revolución por la que los dominados pasarán a ser dominantes y cómo los valores de la burguesía están condenados al fracaso frente a una clase obrera activa y cada vez más poderosa. Un film difícil, lento y cercano al lenguaje del teatro (debido a la mano de Harold Pinter) quizá muy alejado del cine de impacto actual, pero de una carga filosófica y conceptual muy densa que no defraudará.