The act of killing (el acto de matar)

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El impacto de The act of Killing del director Joshua Oppenheimer y producida por el (normalmente) genial Werner Herzog ha sido enorme tanto a nivel cinematográfico como social y político. The act of Killing es un documental que sigue la vida de varios personajes relacionados con la masacre de comunistas llevadas a cabo entre 1965 y 1966 en Indonesia.

Una matanza que se inició tras el golpe de estado del general Suharto que derrocó al presidente Sukarno en 1966 y que supuso la muerte de cerca de medio millón de comunistas, simpatizantes del comunismo o simplemente personas acusadas de serlo. Hay que recordar que el Partido Comunista de Indonesia era, por aquel entonces, uno de los mayores del mundo y que, a través de la alianza con el gobierno de Sukarno, estaba implementando políticas nacionalizadoras en favor de los campesinos y la clase trabajadora. Una masacre que contó con el beneplácito de los Estados Unidos de América, la OTAN y las potencias europeas emergentes, que protegieron no solo a Suharto, sino a aquellos ejecutores de la masacre, que gobernaron con impunidad durante treinta años. The act of killing es una historia sobre esos personajes.

El impacto de The act of Killing del director Joshua Oppenheimer y producida por el (normalmente) genial Werner Herzog ha sido enorme tanto a nivel cinematográfico como social y político. The act of Killing es un documental que sigue la vida de varios personajes relacionados con la masacre de comunistas llevadas a cabo entre 1965 y 1966 en Indonesia. Una matanza que se inició tras el golpe de estado del general Suharto que derrocó al presidente Sukarno en 1966 y que supuso la muerte de cerca de medio millón de comunistas, simpatizantes del comunismo o simplemente personas acusadas de serlo. Hay que recordar que el Partido Comunista de Indonesia era, por aquel entonces, uno de los mayores del mundo y que, a través de la alianza con el gobierno de Sukarno, estaba implementando políticas nacionalizadoras en favor de los campesinos y la clase trabajadora. Una masacre que contó con el beneplácito de los Estados Unidos de América, la OTAN y las potencias europeas emergentes, que protegieron no solo a Suharto, sino a aquellos ejecutores de la masacre, que gobernaron con impunidad durante treinta años. The act of killing es una historia sobre esos personajes.

Pero The Act of Killing va mucho más allá. El eje argumental es Anwar Congo, uno de los torturadores y asesinos de comunistas que es considerado un héroe en la Indonesia actual. Joshua Oppenheimer contactó con él para realizar un documental sobre su vida; pero pronto la historia fue mucho más allá y Joshua le pidió a Anwar Congo que fuera él mismo quién rodase una película sobre el proceso de tortura y asesinato, utilizando actores  y actrices, decorados y todos los elementos que necesitase. La condición era que Anwar Congo fuera el comunista torturado. The Act of Killing es, en realidad, un documental sobre este meta-rodaje y la del viaje interior de Anwar Congo y sus secuaces hasta desvelar los sentimientos (o no sentimientos) de un torturador y un asesino. El estilo de Joshua Oppenheimer es impecable en cuanto que él solo hizo el montaje y condujo parte del rodaje, pero, frente al estilo ególatra de Michael Moore, Oppenheimer deja que sus protagonistas se desarrollen solos, sin manipulaciones, dejando que la verdad y el horror vayan surgiendo por sí solos. El director es solo un espectador más que contempla un horror de hondas connotaciones políticas, ideológicas y sociales para la sociedad Indonesa actual, cuyo trauma creado por aquellos acontecimientos tardará mucho en ser borrado. Se trata de una película lenta, muy lenta, necesariamente lenta para poder ser digerida por el espectador una vez llega a un final que se hace cada vez más surrealista, como surrealista es la historia que cuenta. Quizá, la mayor debilidad del documental es su superficialidad analítica, obligada por ser una historia centrada en el personaje de Anwar Congo y las consecuencias psicológicas de la masacre y eso hace de la debilidad quizá un acierto.

Ojo con la escena de la tortura; pocas veces una tortura en el cine ha sido tan "real".