A 20 años del fin de la historia

 

“Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre” Salvador Allende

 

 

Hace veinte años, en la madrugada del 9 al 10 de noviembre de 1989, caía el muro de Berlín. En este momento la burguesía se mostró eufórica ante el retroceso momentáneo del Socialismo. Algunos fueron más allá y como el “historiador” estadounidense de origen japonés Francis Fukuyama, se apresuraron a aventurar el fin de la historia.

Contradiciendo la ley del desarrollo histórico, que un gran estudioso Alemán había descubierto y fijado en la “lucha de clases” en el siglo XIX, Fukuyama pronosticó que a partir de ese momento no habría cabida para más ideología ni alternativas al capitalismo. El capitalismo había triunfado para siempre y el marxismo había muerto.

En Europa y otros lugares, muchos “abandonaron el barco”, otros se lanzaron a luchar por lo “posible”, otros se fueron prestos a disolver los partidos comunistas o entregarlos al revisionismo, ecosocialismo, etc…. Corrían tiempos en el que los “ex” triunfaban (ex comunistas, ex revolucionarios, ex intelectual progresista…) y se les daba campo en todos los medios de comunicación. Un sólo objetivo se buscaba, enterrar a aquel estudioso Alemán. Esta campaña ideológica pretendía convencer a los trabajadores del mundo de que el Socialismo había finalizado y el “paraíso capitalista” se haría eterno.

Pero la realidad es otra, y ese pretendido paraíso se ha convertido en un infierno. Ya hace muchos años que la gente en los antiguos países Socialistas, sienten lo que expresaba uno de los personajes de la película Good bye Lenin: ¡Nos han vendido!. El aumento del paro, de la delincuencia, la pérdida de derechos sociales, la lucha contra todo aquello que recordara al Socialismo, la multiplicación de la pobreza etc.. Solo hace falta ver las gráficas que analizan aspectos como alimentación, sanidad, educación, producción industrial, en los últimos años para darse cuenta, de que son auténticas líneas verticales descendentes, las que ponen manifiesto que aquello que les intentaron “vender” no era cierto.

En el resto de países capitalistas, se fomentó la idea ilusoria del paso de una sociedad de clases a una de ciudadanos “libres y ricos”, pertenecientes a una única “clase media”. La caída de la Unión Soviética y las Democracias Populares del Este de Europa significó un retroceso importante en la conciencia de clase de los trabajadores, que dejaron de creer en el Socialismo.

Pero los años en que el movimiento obrero bajó ostensiblemente su lucha, quedaron atrás y desde hace algo más de un lustro (aunque de manera desigual en diferentes países) es evidente la recuperación del movimiento obrero y popular a nivel internacional. Cuba Socialista a pesar del bloqueo económico y el aislamiento, siguió resistiendo y hoy está venciendo. Los procesos democráticos y populares de América Latina, liderados por Cuba y Venezuela, la primera victoria electoral de un Partido Comunista en la Unión Europea con Chipre, la victoria de la guerrilla comunista en Nepal, las victorias en Moldavia y Bielorrusia, etc.. demuestran que a pesar de sus diferencias y contradicciones internas, nuevos países se están poniendo en marcha, vía al Socialismo.

En la antigua Unión Soviética, las encuestas reflejan que cada día aumenta el número de trabajadores y trabajadoras que desean volver al Socialismo y a la economía planificada, así como en la antigua RDA, muchísimos ciudadanos/as también se muestran partidarios de esta opción. Un dato interesante es el espectacular aumento de las ventas de los libros de Capital desde el comienzo de la crisis capitalista.
La crisis está haciendo que miles de obreros y obreras, acuciados por los problemas del paro, la carestía de la vida y los embargos de la vivienda, se empiecen a cuestionar el capitalismo. Aunque sea un rechazo no consciente nos abre una oportunidad histórica para que entre capas más amplias de la sociedad recobren la idea de que el Socialismo es la única alternativa para la humanidad.

Los comunistas inscribimos nuestras luchas contra el paro y las políticas del gobierno, con la perspectiva de una huelga general. Pero a estas luchas las dotamos de una perspectiva alternativa y una propuesta de futuro que plantee un modelo político, económico y social para la mayoría, que confronta con el propio sistema capitalista. Y por ello las enmarcamos en un proceso de lucha consciente hacia el Socialismo.

Las recientes victorias del movimiento obrero internacional, nos demuestran que la consigna que lanzan los intelectuales orgánicos del capital de la imposibilidad de superar el capitalismo, y menos aún por medios revolucionarios, ha perdido peso y será derrotada por los combates de la clase obrera y los pueblos.

Cualquiera que haya estudiado un poco de historia, sabrá que ninguna clase social conquistó el poder a la primera, pues a la burguesía le costó más de cinco siglos. Los trabajadores llevamos menos de dos siglos en un proceso de lucha consciente por la toma del poder político, y más pronto que tarde lo conseguiremos.

A pesar de los numerosos procesos que desde la UE se están dando para criminalizar al Comunismo, incluso ilegalizando a la Juventud Comunista de la República Checa, no podrán ilegalizar el futuro. Y es que el Comunismo, es la juventud de la humanidad.