El gran mercado transatlántico
El 13 de febrero de 2013, el presidente de EE.UU., Barack Obama, y funcionarios de la Comisión Europea anunciaron oficialmente el inicio de las negociaciones entre ambas partes, en julio de ese mismo año para lograr un gran mercado transatlántico hacia 2015.
El acuerdo a lograr es ambicioso, abarcando cuestiones comerciales y de propiedad intelectual, es decir, patentes y licencias, así como el asunto de la inversión extranjera. Los promotores del proyecto quieren crear un precedente que moldeará los futuros acuerdos comerciales en un marco claramente liberal.
No es la primera vez que se lanza una iniciativa de este tipo a ambos lados del Atlántico. En 1990, un año después de la caída del Muro de Berlín, ambas partes firmaron una resolución que subraya puntos de vista semejantes y la necesidad de cooperar ante el nuevo panorama mundial.
En aquel momento, el comisario de Competencia, el tacherista británico Sir Leon Brittan, intentará crear con sus homólogo estadounidense varias asociaciones para reunir a miembros de ambos continentes. Esta nueva asociación transatlántica se inauguró oficialmente en diciembre de 1995. La única organización que acabará viendo la luz es el TAB, el Diálogo Empresarial Transatlántico (Trans-Atlantic Business Dialogue) 1 (que más tarde se convirtió en un programa de la TABC, el Consejo Empresarial Transatlántico2). Este organismo reúne a decenas de las mayores multinacionales europeas y estadounidenses3, y se vanagloria de ver aprobadas el 60% de sus propuestas presentadas a las respectivas administraciones, transformadas en leyes o directrices.
En 1997, la OCDE 4 intentará lograr un Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) entre sus Estados miembros, incorporando algo muy deseado por las empresas en dicho ámbito: la protección de la propiedad de las empresas, el trato favorable y no discriminatorio entre nacionales y extranjeras y un tribunal independiente donde las empresas pueden presentar una queja en contra de los estados que no cumplan con estas reglas.
Más recientemente, en 2006, varios estados, entre ellos Estados Unidos, Japón y la Unión Europea tratarán de establecer un pacto en la lucha contra la piratería de productos patentados, el llamado Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA5en sus siglas inglesas). Se trataba de aplicar normas muy estrictas en materia de marcas, etiquetas, defensa de las denominaciones regionales, entre ellas la imposibilidad de la circulación de medicamentos genéricos entre los países de estas tres áreas. Frente a una opinión pública manifiestamente hostil, el Parlamento Europeo rechazó el Tratado. Pero 22 de los 27 Estados miembros de la UE lo habían llegado a firmar.
Cada vez, el proyecto se desarrolla con una mayor discreción, prácticamente en el más absoluto secreto. Despierta una oposición popular justificada, que llega a uno u otro órgano institucional. Las contradicciones entre las partes interesadas provocan el fin del acuerdo negociado.
Pero la Comisión es persistente y continúa en sus trece.
La influencia decisiva de los empresarios
La iniciativa para reactivar el mercado transatlántico se tomó en noviembre de 2011 durante una de las cumbres casi anuales que juntan al Presidente de los EE.UU. y altos cargos de la Unión Europea.
El 30 de abril de 2007, con la canciller alemana Angela Merkel a la cabeza de la Unión6, los dirigentes se reúnen a ambos lados del Atlántico y deciden crear un nuevo organismo, el Trans-Atlantic Economic Council (Consejo Económico Transatlántico). Compuesto por representantes de las administraciones responsables del comercio, será dirigido por un Comisario Europeo (primero Günther Verheugen representando a Empresas e Industria, y luego Karel De Gucht, de Comercio) y por un miembro del gabinete personal del del presidente de EE.UU. (primero Allan Hubbard, sustituido después por Michael Froman). Su misión era acelerar la armonización transatlántica para eliminar las reglas y las regulaciones innecesarias.
Rápidamente, se alzan numerosas voces del lado patronal proponiendo ir más allá y diseñar una iniciativa estratégica de calado. Algunos proponen un gran mercado transatlántico como la solución a la recesión.
Es la opinión de uno de los grupos más activos en este tema, el think tank Transatlantic Policy Network (TPN) 7. Creado en 1992, reúne a hombres de negocios, asociaciones de empresarios, diputados europeos y americanos. Su propósito es promover las relaciones a ambos lados del océano. Entre sus miembros se encuentran Allianz, BASF, Boeing, Caterpillar, Coca-Cola, Daimler, Deutsche Bank, Facebook, General Electric, IBM, LVMH, Michelin, Microsoft, Nestlé, Pfizer, Siemens y Walt Disney. Entre las organizaciones forman parte la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), Business Europe, el Consejo de EE.UU. sobre competitividad 8 y los influyentes think tanks Bruegel, el Centro de Política Europea (EPC), el británico Chatham House y los americanos Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU., la Brookings Institution y la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. Y entre los diputados, muchos miembros de los liberales, del partido popular y los socialistas, a destacar el belga Saïd El Khadraoui (PS belga). Los jefes de los dos mayores grupos parlamentarios participan igualmente en este grupo de expertos: el francés Joseph Daul por el Partido Popular Europeo (PPE) y el austriaco Hannes Swoboda por los socialistas9.
A partir de 2007, el TPN hace una convocatoria anual para iniciar negociaciones directas de cara a crear un mercado transatlántico, con fecha límite en 2.015. En aquel momento, la crisis todavía no se percibe. La asociación utiliza otros argumentos. Escribe: "El mercado trasatlántico ya no es la zona económica más dinámica del mundo". La causa es el ascenso de China y otros países llamados emergentes. Frente a esta amenaza, es necesario "afinar la competitividad en el mercado transatlántico, eliminar las barreras al comercio y la inversión y las barreras regulatorias para maximizar el crecimiento en Europa y los Estados Unidos Unidos10."
Desde el principio, señala: "El objetivo debe ser la eliminación de los aranceles y reducir significativamente los costos regulatorios y las barreras no arancelarias al comercio transatlántico y la inversión a través de un marco institucional de cooperación euro-americana11.” Y las autoridades de ambos lados del Atlántico ponen en pie el Consejo Económico Transatlántico.
Este diseccionará los frenos reguladores que persisten en los Estados Unidos y Europa. Algo necesario, pero insuficiente. De manera que el TPN a partir de 2010, con la crisis económica como telón de fondo esta vez, sugiere acelerar el proceso y crear un comité que sea oficialmente responsable de preparar el terreno para iniciar las negociaciones de cara al gran mercado.
Un año y medio más tarde, el TPN se muestra más impaciente: "Ha llegado el momento de que el Consejo Económico Transatlántico (TEC) acelere el avance hacia un mercado transatlántico para crear empleos, estimular la recuperación económica, aumentar la integración del mercado de euro-americano y así contribuir al crecimiento global12.” Este órgano se debe reestructurar para "convertirse en el foro en el que Europa y Estados Unidos pongan en marcha un programa para el empleo y el crecimiento13 y coordinen su respuesta a las consecuencias sistémicas de la crisis en la zona euro y las dificultades económicas en marcha en los Estados Unidos."14
Mensaje recibido día tras día, ya que durante el encuentro de Europa y Estados Unidos tras este informe, en noviembre de 2011, los líderes europeos y norteamericanos hacen del TEC un grupo de alto nivel para el empleo y el crecimiento. Será dirigido por los mismos dirigentes del TEC y estará integrado igualmente por funcionarios de los respectivos gobiernos15.
Este comité abundará en el sentido promovido por el TPN y otras asociaciones empresariales. Aboga por una asociación que "va mucho más allá de lo que Estados Unidos y Europa han obtenido en los acuerdos comerciales anteriores16. " Por eso también hay que incluir el asunto de la inversión17y la propiedad intelectual. La nueva asociación va a ir mucho más allá de un simple tratado bilateral, creará una estructura para futuros acuerdos multilaterales.
Las negociaciones deben comenzar tan pronto como sea posible, según el grupo, y se centrarán en tres áreas principales: "a) el acceso al mercado b) Las cuestiones de regulación y las barreras no arancelarias, c) las normas, principios y nuevos métodos de cooperación18." El objetivo es eliminar cualquier conducta contraria a la competencia, en particular aquellas que beneficien a las empresas públicas o las exigencias de algunos países a los inversionistas extranjeros de que se aprovisionen prioritariamente en el mercado local.
El comité, al parecer, organiza un amplio debate público sobre la importancia de estas propuestas. Pide responder inicialmente a la idea de un mercado transatlántico, a continuación, a un primer borrador de su informe. Hubo 114 respuestas en total. Sin embargo, la Comisión Europea sólo publicó 48.20 Entre ellas: 34 de lobbies industriales y financieros y 5 empresas privadas 19. No hace falta insistir mucho en el apabullante predominio de las organizaciones patronales, que caminan en la misma dirección: la de un providencial gran mercado transatlántico.
Permiso para que las multinacionales exploten a voluntad
El mandato otorgado por las autoridades de la UE a Karel De Gucht es muy amplio y da pie a todo tipo de preocupaciones. Tanto es así que la Comisión se sintió obligada a hacer varias correcciones sobre la cuestión de las negociaciones.
A excepción de unos pocos productos, los principales cambios no vendrán de la eliminación de los derechos aduaneros. Estos son generalmente bajos: 1,7% en promedio para los productos manufacturados y el 6,6% para los productos agrícolas (principalmente productos lácteos) para Estados Unidos, y el 2,3% y 12,8% respectivamente para Unión Europea21. La industria cárnica es una de las más protegidas en Europa. Ahora bien, es igualmente una de las ventajas "competitivas" de producción de los Estados Unidos, e igualmente un temor de los ecologistas. De hecho, actualmente, la Unión Europea prohibe la importación de varios productos americanos que considera sospechosos como la carne buey hormonado, el pollo lavado con cloro22 o la carne lavada con ácido láctico23, además de organismos modificados genéticamente (OMG), de presencia mucho más limitada en el viejo continente.
El Consejo Nacional de productores de cerdo de EE.UU. escribió en sus recomendaciones al negociador de la asociación transatlántica EE.UU.: "La Unión Europea es uno de los mercados más protegidos del mundo para la carne de cerdo. Utiliza cuotas arancelarias con precios altos y prohibitivos, exigiendo pequeños volúmenes, con el fin de limitar las importaciones de carne de cerdo. Además, la Unión Europea mantiene una serie de obstáculos sanitarios y fitosanitarios que no se basan en la ciencia, que restringen las importaciones. [...] Los productores de cerdo de Estados Unidos, con los costos más bajos del mundo, y la Unión Europea, deberían formar un enorme mercado para la carne de cerdo americana de calidad y competitivo a nivel de precios. 24” Y concluyen: "Los productores de carne de cerdo de los Estados Unidos se opondrán a cualquier acuerdo que no dé lugar a la eliminación de todos los aranceles sobre la carne de cerdo y productos de cerdo.25"
La Comisión afirma que "la ley fundamental de la UE sobre los OMG no entra en las negociaciones y, por lo tanto, no se pueden modificar durante las mismas.26" Pero en las negociaciones, hay concesiones. ¿Que está dispuesta a sacrificar Europa para lograr ventajas para sus empresas?
De todos modos, la agricultura se enfrenta a una profunda transformación. Las grandes granjas serán privilegiadas a la hora de abastecer a un mercado de 800 millones de consumidores. Y es más que probable que se traduzca en una pérdida neta en el viejo continente, ya que la gran propiedad será más competitiva y ésta es más abundante en los Estados Unidos. El CEPII (Centro de Estudios Prospectivos y de Información Internacional27) estima que en veinte años, Europa perderá el 1% del PIB en este sector.28
El segundo elemento negociado es la homologación de productos. A las empresas les gustaría que hubiese un único mecanismo válido a ambos lados del Atlántico. Una vez que la propiedad se considera válida y fiable a uno u otro lado, podría distribuirse tanto en Europa como en los Estados Unidos. Además de la agricultura, se podría aplicar a los vehículos, medicamentos, productos químicos, dispositivos electrónicos, etc. Los beneficios esperados son importantes. Con la reducción de los derechos de aduana europea del 10% sobre los coches de importación de los Estados Unidos, el sector del automóvil podría ahorrar 12 mil millones de €. Los beneficios de la industria química podrían aumentar en 71.000 millones y los de la alimentación en 50.000 millones29.
Los amenazas más graves pesan sobre algunas regulaciones. Una vez más, la Comisión quiere ser tranquilizadora: "Los reglamentos están diseñados para permanecer... La primera razón por la que las regulaciones se han puesto en marcha es que los ciudadanos, a través de sus representantes, han decidido que el costo, sea cual que sea para la economía, vale la pena. Para que quede claro: el TTIP30 no va a cambiar nuestra elección democrática. No estamos hablando de desregulación. Los ciudadanos seguirán protegidos31. "
Pero, ¿cómo estar seguros desde el momento en que todo se analiza a través del prisma de la competitividad? ¿Cómo no temer que el gas de esquisto, por ejemplo, inunde los mercados europeos, mientras que muchos países no quieren ni oír hablar de él? De todos modos hay un problema importante en los intentos de puesta en común de dos leyes: tras las presiones de los grupos de consumidores, a menudo con el apoyo de los sindicatos locales, Europa suele aplicar un principio de precaución, algo que no es aceptado en el otro lado del Atlántico.
Los empresarios europeos también aspiran a librarse de algunas restricciones impuestas por la "sociedad civil". Pide una armonización de las regulaciones financieras en ambas áreas. Una manera de enterrar el impuesto a las transacciones financieras, que, aunque sea pequeño, es algo molesto.
Con respecto a la propiedad intelectual, los dos negociadores están a favor de un derecho ilimitado, el más favorable para las empresas. Es algo que generalmente ya existe en Europa y los Estados Unidos.
Sin embargo, ambas patronales esperan que este acuerdo sirva de base para otros tratados con otras naciones, en las que la falsificación y la piratería en la industria son comunes. El ACTA32, eliminado de la mesa de discusión democráticamente por un voto inequívoco del Parlamento Europeo, vuelve por la puerta de atrás a través del TTPI, tras un proceso mucho más opaco todavía.
Por último, la exigencia más específica de la burguesía transatlántica es la de obtener una jurisdicción estatal independiente, en la que las multinacionales puedan presentar quejas contra los países que no respeten las normas antes mencionadas. Es un punto que la Comisión Europea considera sensible. Existen dos casos ilustrativos. El primero se refiere al uso de los tribunales por parte de la compañía eléctrica sueca Vattenfall contra el gobierno alemán quien decidió que, tras el accidente de Fukushima, iba a renunciar a la energía nuclear. El segundo es el juicio que mantiene Philip Morris contra el estado australiano tas la prohibición de incluir la marca en los paquetes de cigarrillos para reducir la publicidad del tabaco. Ambos casos, reconocen las autoridades europeas, ponen en tela de juicio la capacidad de los gobiernos para legislar de manera independiente por razones de interés general.
Sin embargo, la Comisión quiere desbloquear este punto. Y por una buena razón: las empresas europeas son las que más frecuentemente recurren a litigios judiciales. Entre 2008 y 2012, hubo 224 casos reconocidos de juicios entre una empresa y un estado. En 113 de ellos, es decir, un 53% del total, estaba implicada una empresa europea 33. Las instituciones comunitarias han establecido cuatro principios sobre los que se puede presentar una queja, cuatro garantías fundamentales que los inversores extranjeros pueden reclamar:
• "La protección contra la discriminación ("trato de la nación más favorecida” y "trato nacional" 34);
• la protección contra la expropiación con fines distintos a objetivos de política pública y sin una indemnización adecuada;
• la protección contra el trato injusto y desigual - como no respetar los principios fundamentales de equidad;
• la protección de la posibilidad de transferir capital" 35.
Una empresa sólo podrá actuar cuando estas reglas no se hayan cumplido. En segundo lugar, todas las costas del proceso correrán a cargo de la parte perdedora (algo que no ocurre actualmente), para evitar que las empresas demanden de forma automática y, al hacerlo, puedan influir en las decisiones políticas de los estados. Por último, la Comisión también quiere asegurarse que las leyes nacionales no se cambien continuamente para favorecer los negocios: "cuando el Estado intenta proteger el interés público de manera no discriminatoria, el derecho del Estado a regular debe prevalecer sobre consecuencias económicas de estas medidas para el inversor36".
Con estas disposiciones, las autoridades europeas esperan calmar a quienes se oponen a estas soluciones de los conflictos, incluidos los sindicatos. Sin embargo, es un derecho otorgado a las empresas que el ciudadano común no tiene. Permite a las empresas invertir y desinvertir donde y cuando quieran, sin tener que justificarse, les protege de la nacionalización sin compensación, así como de la obligación de dar garantías, por ejemplo en materia de empleo, en los pedidos públicos, argumentando que es una práctica discriminatoria para las empresas no presentes en el territorio.
Un jefe como Lakshmi Mittal puede continuar prohibiendo la expropiación de "sus" plantas de Florange o Lieja, a menos que esté justificado por políticas públicas y si le pagan estas propiedades en todo su valor.
¿A quién beneficia el crimen?
La Comisión Europea y la Presidencia EE.UU. intentan justificar la creación del gran mercado transatlántico por la contribución económica que implicará la eliminación de barreras a la importación. Utilizan diferentes estudios que muestran el crecimiento de los negocios y, por tanto, la posibilidad de crear millones de puestos de trabajo.
Así, la evaluación más frecuentemente citada por las autoridades comunitarias anuncia que en veinte años el crecimiento el PIB crecerá en unos 68.000-119.000 millones de euros en Europa y en unos 50 a 95 mil millones en los Estados Unidos 37. La diferencia entre los resultados muestra diferentes escenarios, dependiendo de si el acuerdo es amplio o no. En el mejor de los casos, significaría un aumento del PIB del 0,5% para la UE y el 0,4% para los Estados Unidos38.
Pero estas cifras destinadas a convencer a la población tienen poca importancia. Provienen de modelos de equilibrio general, elaborados con la tesis de que el dinero extra que logren las empresas se convertirá en inversiones, que a su vez crearán empleos aumentando la demanda y, por tanto, crecimiento del PIB. Por otro lado los fondos destinados a los gobiernos tenderían a estancarse y por lo tanto no servirían de gran cosa. De manera que estos modelos darán los resultados esperados por las autoridades. Esto no tiene nada de científico. El único indicador algo fiable es la magnitud del fenómeno y lo menos que podemos decir es que el efecto será muy limitado. Un crecimiento del 0,5% del PIB a ambos lados del Atlántico, después de veinte años: ya se han visto cosas mejores como plan de estímulo.
Sin embargo, lo cierto es que este proyecto de liberalización y de mayor apertura a la competencia dará lugar de manera más o menos inmediata al aumento de la concentración en la mayoría de los sectores. En otras palabras, lo que Europa ya está viviendo como consecuencia del mercado interior se multiplicará más aún por la integración de los Estados Unidos en este proceso (y, probablemente, Canadá y México, obligados por el tratado NAFTA 39). La regiones ligadas a una gran fábrica que sustenta a la población local y que vean como desaparece a causa de la competencia serán golpeadas con fuerza, como sucede actualmente en las zonas del sur de Europa.
De manera que Ford Almussafes, cerca de Valencia, corre el riesgo de celebrar brevemente la obtención del modelo Mondeo que hasta entonces se ensamblaba en Gante. Si el vehículo no se vende, la dirección de la multinacional no dudará mucho en enviar el coche a sus plantas a América del Norte, que ya no tendrá que ser homologado en el continente y ni someterse al 10% de incremento en el precio por los derechos de aduana. ¿Y qué va a pasar con la empresa Caterpillar en Gosselies, firma con numerosas fábricas en Estados Unidos y América del Norte que podrían abastecer el mercado europeo?
Esta situación no sólo va a provocar una rivalidad entre los cerca de 194.000 trabajadores en la Unión Europea, si no también con los 138.000 trabajadores estadounidenses y, probablemente, con los 16.000 Empleados canadienses y 34.000 mexicanos. En total, unas 380.000 personas lucharán en este mundo capitalista por los escasos puestos de trabajo dejados por una multinacional. ¿O tendrán que conformarse con empleos de baja gama, subcontratas, con una protección social mínima y unos ingresos que a penas lleguen para sobrevivir, como sucede en Estados Unidos y como ya ocurre en el corazón Europa, especialmente en Alemania?
En nuestro mundo hipercompetitivo, este sistema provoca a una presión a la baja sobre los salarios y el deterioro generalizado de las condiciones de trabajo, con la proliferación de empleos precarios. De ahí la reducción en la participación salarial de la renta nacional neta, como muestra en la Tabla 1, que ocurre tanto en la Unión Europea y Estados Unidos, como en sus socios económicos del TLCAN: Canadá y México (con quienes la Comisión también ha firmado o está negociando un acuerdo de libre comercio). Recordemos que el ingreso nacional neto se compone principalmente de dos partes: salarios brutos y beneficios brutos. Automáticamente si uno se reduce, el otro aumenta.
Tabla 1. Evolución de la participación de los salarios en el ingreso nacional neto entre 1982 y 2006 en la UE (15 países), Estados Unidos, Canadá y México (en%)
|
1982 |
2006 |
Unión Europea (15) |
63.26 |
56.46 |
EEUU |
66.70 |
62.58 |
Canadá |
65.67 |
59.43 |
México |
46.21 |
31.92 |
1982
Fuente: Cálculos basados en AMECO, Base de datos: http://ec.europa.eu/economy_finance/ameco/user/serie/SelectSerie.cfm?CFI....
Nota: Se incluyeron los quince países miembros de la Unión Europea en 1995, debido a que no tenemos las estadísticas de otros países antes de 1991 (ni de después): Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Suecia.
Se observa claramente que en las cuatro regiones, existe una disminución clara en la participación de los salarios, mucho más intensa en el país menos avanzado económicamente, México.
En cuanto al nivel de riqueza, el porcentaje obtenido por el 90% de la población de los EE.UU. "más pobre", es decir, la masa de empleados, quienes perciben subsidios y los pequeños independientes, en el ingreso total de la nación (incluyendo las ganancias de capital) pasó del 65,46% en 1981 al 50.26% en 2007, justo antes del estallido de la crisis de las subprime. Esto significa que el 10% de los más ricos ha logrado arrancar un 15% más de ingresos en relación al PIB40 y, entre ellos, la élite del 1%, obtuvó un 13,5% más41.
Sin embargo, esta transferencia de ingresos a los más ricos, quienes tienen la capacidad de ahorrar e invertir, ha contribuido a crear una de las principales causas del desequilibrio entre la producción y el consumo, que está en la base de las crisis capitalistas. Los empleados, cuya principal fuente de ingresos se utiliza para consumir, están restringidos en su capacidad de compra. En cambio, quienes viven del capital tienen la oportunidad de ganar más, ya sea invirtiendo más y más aumentando todavía más el exceso de producción, o bien invirtiendo los fondos en los mercados financieros y generando nuevas burbujas que acabarán estallando más tarde o más temprano.
En estas condiciones, esta gran alianza no crea más riqueza, crecimiento, y por lo tanto puestos de trabajo. La única salida de esta estrategia euro-americana es encontrar oportunidades de salida para sus productos en otros lugares. De hecho, quieren disfrutar de la eclosión y el desarrollo de los países emergentes y lograr los beneficios más elevados que puedan. Piensan que pueden contar tanto con las ventajas tecnológicas que todavía mantiene Occidente, gracias al monopolio (privado) que algunas empresas han instalado a nivel mundial (como en la informática empresarial IBM, Microsoft en el software, Intel en microprocesadores, Boeing y Airbus en la aviación), como con los costes laborales que se mantienen bajos.
Está en marcha una auténtica guerra comercial, una guerra que se recrudecerá. Y el objetivo son los países emergentes y sus empresas nacionales.
Aislar a China
Los empresarios euro-americanos han sido desde el principio, unos grandes artesanos de la liberalización del mercado por todo el mundo, ya que les abría la posibilidad de invertir y vender sus productos de forma masiva, incluso aunque destruyesen las estructuras económicas locales. Washington ha puesto en marcha una nueva Organización Mundial del Comercio, aprovechando la desaparición del bloque soviético. Pero las multinacionales europeas apoyaron plenamente este proyecto.
En Doha, la capital de Qatar, celebraron en noviembre de 2001 el que debía ser el comienzo de una nueva ronda de negociaciones. La intención era eliminar numerosos aranceles agrícolas y subsidios a las exportaciones de productos básicos. Acordaron comprometerse a eliminar las llamadas barreras no arancelarias sobre las reglamentaciones y otras. Finalmente, querían decidir en política de propiedad intelectual, de manera estricta para luchar contra la falsificación, pero teniendo en cuenta ciertas necesidades del tercer mundo, en particular en materia de salud.
Pero su alegría duró poco. El Tercer Mundo, en general, apenas a veía gananacias en continuar participando en esta farsa de autodenominados beneficios recíprocos, y bloqueó las discusiones agrícolas. Tanto es así que el Director General de la OMC tuvo que aplazar sine die las consultas en julio de 2006. Sólo recientemente, en diciembre de 2013 en Bali42, se aceptó globalmente un paquete limitado en agricultura. Se estima que este acuerdo implica un 10% de la agenda de Doha. Básicamente lo que hizo fue evitar el entierro definitivo de la OMC 43.
Nada de esto satisface plenamente las aspiraciones de la patronal americana y transatlántica. Por eso, los Estados Unidos y la Unión Europea se lanzan a la celebración de tratados de libre comercio bilateral. Pero no es suficiente.
En 2008 el gobierno de Bush Jr. tomará el relevo con una iniciativa para relanzar las negociaciones multilaterales. De hecho, en 2003, teniendo en cuenta los obstáculos a la OMC, tres países, Singapur en Asia, Nueva Zelanda en Oceanía y Chile en América Latina, participarán en discusiones para abrir las fronteras a las mercancías entre ellos. A ellos se unirá rápidamente el Estado de Brunei. Llegarán a un acuerdo inicial en 2006, que se iniciará de inmediato.
El equipo republicano de la Casa Blanca al principio consideraba que este proyecto era de una gran ayuda, ya que permitía una negociación multilateral y no sólo bilateral. Por último, ve también una manera de ejercer presión sobre los grandes países del tercer mundo (e independientes), que tienen un peso cada vez más importante en la economía mundial: la India, Brasil, Rusia y sobre todo China.
El nuevo equipo de Obama, retomó la idea y buscará a otros estados para participar en el proyecto: Australia, Perú, Malasia y Vietnam. Estos países se comprometen a iniciar negociaciones en 2010. Luego llegaría el turno de Canadá, México y Japón que solicitan su inclusión en el proceso, siendo aceptados en noviembre de 2011. En la actualidad hay doce naciones alrededor de la mesa.
El objetivo es crear a finales de 2013 un enorme mercado transpacífico: la Asociación Trans-Pacífica (Trans-Pacific Partnership) o TPP. Es una apertura voluntaria de los mercados de bienes, servicios y capitales. Los Estados Unidos quieren introducir de manera agresiva en el Acuerdo la eliminación de las barreras arancelarias en la agricultura, la lucha contra la falsificación, la posibilidad de invertir libremente en el país y no verse sometidos a la dificultad de que se exija la compra obligatoria de componentes locales o la incapacidad de repatriar los beneficios, la obligación de indemnización en caso de expropiación de los inversionistas extranjeros, la transparencia y la competencia en la contratación pública, la prohibición del favoritismo con empresas estatales, la instalación de un tribunal de diferendos donde las multinacionales puedan presentar una queja contra países...
Lo que está en juego obviamente es algo mucho más importante que el caso de las negociaciones transatlánticas, ya que en este caso los cambios no serán tan importantes como, por ejemplo, para Malasia, ya que si prevalecen los deseos de Estados Unidos, deberá suprimir su política nacionalista o para Vietnam, que tendrá que acabar con el apoyo a sus empresas públicas. También es la razón por la que las discusiones son mucho más duras y no se ha llegado al final de las negociaciones en 2013. En este sentido, la asociación transatlántica puede ejercer presión para acabar cerrando conclusiones en la otra punta del mundo.
Hoy en día, se tiene la impresión de que hay una política de intentar cercar progresivamente a China, no sólo porque todavía conserva algunas bases económicas socialistas, sino sobretodo porque se está convirtiendo en un competidor potencialmente peligroso para la hegemonía de EE.UU. en el mundo y en particular en Asia.
El temor es que si Washington no promueve proyectos en la región, ésta se orientará con más frecuencia hacia Pekín y expulsará gradualmente el poder de Estados Unidos en este área, con el mayor crecimiento económico del mundo.
Ya hay varias iniciativas en este sentido como la declaración oficial de los líderes chinos de que si tiene lugar una nueva crisis en Asia, las empresas locales podrían vender sus productos en el gran mercado chino. O las reuniones de la ASEAN +3 o APT, que incluyen a los diez países de la ASEAN44, Japón, Corea (del Sur) y China.
Desde luego, podemos ver el TPP como un intento de recuperar el control y ligar a los Estados del Pacífico a los Estados Unidos en lugar a China. Al mismo tiempo, la asociación transatlántica asocia a Europa a estos proyectos hegemónicos. Oficialmente, China no está excluida del TPP. Puede unirse. No se excluye a nadie. Pero en ese caso, Beijing debería cumplir con las condiciones establecidas en el acuerdo multilateral, en especial "la presión hacia una nueva disciplina potencial de las empresas públicas en el marco del TPP45.” Baste decir que es algo complicado.
Conclusiones
Tanto el TTIP como el TPP son inaceptables. No proporcionan ninguna solución real a la crisis económica. Se basan, por el contrario, en los mismos principios económicos que llevaron a la recesión de 2008-2009.
Para los trabajadores, no van a suponer ninguna mejora. Los empleos anunciados pueden ser sólo una ilusión. La única manera de lograrlos sería ganar la guerra comercial contra un tercer mundo que está saliendo porco a poco del subdesarrollo. Por lo tanto, sería también a costa de condiciones muy desfavorables para los trabajadores: bajos salarios, inseguridad laboral, flexibilidad laboral, aumento de los ritmos... Por no hablar de la degradación del medio ambiente que se prevé en esta guerra sin piedad que es el capitalismo globalizado.
Mientras tanto, el secreto o, a veces la discreción en torno a las negociaciones es algo preocupante. El Observatorio Europeo de las Corporaciones señala que los lobbies patronales han celebrado al menos un centenar de encuentros privilegiados con funcionarios de la Comisión para determinar qué se propone en las discusiones con Estados Unidos46. Mientras tanto, la sociedad civil real, es decir, las ONG del desarrollo, de protección del medio ambiente y especialmente los sindicatos, son mantenidos bien lejos. Es difícil no concluir que las autoridades europeas están a las órdenes de los empresarios europeos, en detrimento del resto de la sociedad y desafiando las más elementales reglas de la democracia.
El TTIP -y más aún el TPP- continúa el proyecto colonial y de hegemonía mundial, iniciado por las potencias europeas en el siglo 19 y más tarde ampliado por los Estados Unidos. Se tiende a imponer condiciones favorables para los empresarios euro-americanos frente a la emergencia de otros estados, quienes, de acuerdo a su población o su riqueza mineral, tienen todos el derecho a reclamar una importancia preponderante en el escenario mundial. En las propuestas presentadas en la mesa por los negociadores de Estados Unidos -aunque a este nivel, los europeos están en la misma onda - existe una clara violación de la soberanía y del desarrollo de los países del Tercer Mundo, que deberían aceptar la dominación occidental a perpetuidad.
Por último, en estas asociaciones se reproducen los patrones que han llevado a la humanidad a la recesión más profunda desde los años treinta. Podemos concluir que las elites occidentales no han entendido las lecciones de la crisis de 1929. Por el contrario, la promoción de una mayor liberalización y apertura del mercado, no sólo nos lleva directamente frente al muro, sino que pone el pie, no en el pedal de freno, sino en el acelerador.
Original: Estudios marxistas no. 105
Traducción: Asociación Jaime Lago
Notas:
1 Literalmente diálogo empresarial transatlántico.
2 De hecho, el TABD se fusiona con el Consejo Empresarial Europeo-Americana el 1 er enero 2013 al formar el TABC.
3 También hay un dominio de nivel superior, los consumidores y los trabajadores. Pero estos cuerpos tienen mucha menos influencia.
4 La Organización para la Cooperación y el Desarrollo, con sede en París Económico, reúne a una treintena de países "capitalistas" más ricos del planeta.
5 Acuerdo Comercial Anti-Falsificación.
6 Antes de Herman Van Rompuy se convirtió oficialmente en el presidente de la Unión, este título fue girando, cambiando cada seis meses con el Estado se hizo cargo de la dirección del continente.
7 Un grupo de reflexión es una organización de miembros, a menudo influyentes en los campos económicos y políticos para discutir estas cuestiones y así difundir ideas. El término think tank significa literalmente "buzón de sugerencias". TPN significa la política de red transatlántica.
8 El Consejo de Competitividad de América.
9 Patrick Le Hyaric, Drácula contra los pueblos edición de L'Humanité, París, 2013, p. 79.
10 TPN, "La realización del mercado transatlántico", febrero de 2007, p. 7-8 ... http://www.tpnonline.org/WP/wp-content/uploads/2013/09/TPN_Transatlantic .
11 TPN, op. cit., p. 12.
12 TPN, "Hacia una visión estratégica para el mercado transatlántico", octubre de 2011, p. 5 ... http://www.tpnonline.org/WP/wp-content/uploads/2013/09/TPN_Report_Toward .
13 Los términos "empleo y el crecimiento" no deben ser engañados. Es el desarrollo del mercado, la competencia, a fin de crear los gigantes de la industria de hoy y mañana, que dominarán el planeta.
14 TPN, op. cit., p. 6.
15 Es interesante señalar que la Comisión Europea se niega a revelar los nombres de las personas involucradas en este grupo, que desobedezcan sus propias normas de transparencia.
16 Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre el Empleo y el Crecimiento (HLWG), "Informe Final", 11 de febrero de 2013, p. 2http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2013/february/tradoc_150519.pdf .
17 Observamos que el tema de la inversión extranjera que antes era responsabilidad de los estados nacionales se convirtió de repente por la gracia del Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 er enero de 2009, asuntos comunitarios, bajo la responsabilidad del Comisario para el Comercio .
18 HLGW, op. cit., p. 2.
19 "Las versiones completas de las Aportaciones Iniciales se someten a consulta pública general sobre la UE y los EE.UU. Grupo de Trabajo de Alto Nivel"http://trade.ec.europa.eu/consultations/documents/consul_146.pdf .
20 Ricardo y Bruno Cherenti Poncelet, "Europa-EEUU: crónica de un matrimonio de conveniencia," Econosphères 8 de marzo de 2013, http://www.econospheres.be/spip.php?article358 .
21 Lionel Fontagné, Julien Gourdon y Sébastien Jean, "Comercio transatlántico: ¿A dónde Asociación, cuyas consecuencias económicas? "CEPII, Policy Brief, septiembre de 2013, p. 3 http://www.cepii.fr/PDF_PUB/pb/2013/pb2013-01.pdf .
22 Se utiliza para eliminar ciertas bacterias, asociados con el cloro de pollo puede dar compuestos organoclorados que pueden tener mutagénicos (causan mutaciones y por lo tanto puede causar cáncer) o directamente cancerígenos.
23 La preocupación aquí es la falta de higiene de este proceso y las condiciones en que se practica.
24 National Pork Consejo de Productores, "Comentarios sobre el Comercio y la Inversión de Asociación Transatlántica", 2013, p. 1 ... http://www.nppc.org/wp-content/uploads/P-National-Pork-Producers-Council .
25 Consejo Nacional de Porcicultores, op. cit., p. 4.
26 Comisión Europea, "La asociación del comercio y las inversiones transatlánticas. El componente normativo ", septiembre de 2013, p. 10http://trade.ec.europa.eu/doclib/html/151789.htm .
27 Se trata de un centro francés de investigación muy popular en el campo de la economía internacional.
28 Lionel Fontagné, Julien Gourdon y Sébastien Jean, op. cit., p. 11. Producto Interno Bruto (PIB) es el mercado y la riqueza monetaria creada en un año por un país (un país).
29 Corporate Europe Observatory (CEO), "A Brave New Transatlantic Partnership", octubre de 2013, p. 7 ... http://corporateeurope.org/sites/default/files/attachments/brave_new_tra .
30 transatlántica Comercio e Inversiones Sociedad o Asociación del comercio y la inversión transatlántica, http://ec.europa.eu/trade/policy/in-focus/ttip/index_fr.htm .
31 Comisión Europea, op. cit., p. 7.
32 Acuerdo Comercial Anti-Falsificación o acuerdo comercial anti-falsificación.
33 Comisión Europea, "La protección de las inversiones y la solución de controversias entre inversores y Estados en los acuerdos de la Unión Europea," Hoja Informativa, noviembre de 2013, p. 6: http://trade.ec.europa.eu/doclib/html/152016.htm .
34 El sistema de tratamiento de la nación más favorecida se le da a los estados extranjeros y sus negocios que les permitan calificar automáticamente para el acuerdo comercial o de partes del tratado más favorable firmado por el país con otras naciones. Si la Unión Europea firmó un acuerdo de este tipo con Marruecos, pero los honorarios se fijan en el 10%, un pacto con Argelia bajar arancel del 5% debe beneficiar tanto a las empresas marroquíes. El trato nacional es preferir las empresas establecidas en el territorio.
35 Comisión Europea, op. cit., p. 5.
36 Comisión Europea, op. cit., p. 9.
37 oseph Francois, Miriam Manchin, Hanna Norberg, Olga Pindyuk & Patrick Tomberger "Transatlantic Reducir las barreras al comercio y la inversión: una evaluación económica, Estudio para la Comisión Europea, CEPR Report", marzo de 2013, p. 95 http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2013/march/tradoc_150737.pdf .
38 Lionel Fontagné, Julien Gourdon y Sébastien Jean, op. cit., p. 10.
39 El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN Inglés).
40 La evolución del PIB y la renta nacional es a menudo similar. Cuando se agrega la renta pagada a los residentes del resto del mundo y de los que el país ofrece en el extranjero, nos vamos del PIB al Producto Nacional Bruto (PNB). Entonces, también hay que quitar la amortización, que se utilizan para reemplazar las máquinas idénticas y equipos utilizados. Esto le da al ingreso nacional neto.
41 Los cálculos basados en Emmanuel Saez y Thomas Piketty, "La desigualdad de ingresos en Estados Unidos, 1913-1998", Quarterly Journal of Economics , 118 (1), 2003, p. 1-39 (tablas y cifras actualizadas para 2012 en formato Excel, en septiembre de 2013, http://elsa.berkeley.edu/ ~ saez/TabFig2012prel.xls ).
42 Una de las islas del archipiélago indonesio.
43 Libération , 7 de diciembre de 2013.
44 La ASEAN es el acrónimo de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia. Ella se encuentra con Birmania, Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
45 Ian Fergusson, William Cooper, Remy Jurenas y Brock Williams, "Las negociaciones de Asociación Trans-Pacífico y Temas para el Congreso," Servicio de Investigación del Congreso, 21 de agosto de 2013, p. 7 http://www.fas.org/sgp/crs/row/R42694.pdf .
46 CEO, op cit. , p. 7.y consejero delegado, "la Comisión Europea Preparación para las negociaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos: 119 reuniones con los grupos de presión de la industria", 04 de septiembre 2013: ... http://corporateeurope.org/trade/2013/09/european-commission-preparing-e .