Los estímulos morales y materiales en el desarrollo económico y la formación del hombre nuevo

INTRODUCCIÓN

Nuestro pueblo, no obstante los avatares a los cuales ha estado sometido durante casi 45 años como consecuencia, fundamentalmente de la guerra que en todos los planos le ha impuesto y continúa desarrollando el imperialismo norteamericano, no ha desistido de ser un país libre y soberano ni ha renunciado a construir el socialismo. 

Cuando hablamos de construcción del socialismo nos referimos, fundamentalmente, a alcanzar altos niveles en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, o sea, lograr una calidad de vida superior. La consecución de este objetivo depende, esencialmente, de dos variables: el crecimiento acelerado de la productividad hasta lograr que sea superior a la del capitalismo y el desarrollo del hombre en todos sus aspectos, la formación del hombre nuevo de que nos habló el Che. Ambos están íntimamente relacionados, ya que para alcanzar una calidad de vida superior no basta lograr altos niveles de productividad, hay que desarrollar al hombre, pero tampoco es posible desarrollar al hombre sin alcanzar altos niveles de productividad. 

La organización de los estímulos, tanto morales como materiales en las actividades laborales ocupa un lugar relevante en este contexto y requieren la adecuada atención por parte de todos los niveles de dirección del país.

En los años transcurridos desde el triunfo de la Revolución, han existido diversos criterios sobre la palanca a utilizar en la construcción del socialismo, si debe ser eminentemente moral o, por el contrario, material. Como se podrá apreciar en estas reflexiones, la vida demuestra que ni una ni otra posición se corresponde con la naturaleza humana. Es necesario conjugar ambos estímulos en aras de lograr el objetivo trazado. 

Como rasgos significativos en el desarrollo de la estimulación moral y material podemos señalar los siguientes:

- No existe consenso sobre los aspectos básicos que conforman la estimulación moral y material y su instrumentación práctica. 
- Falta de una política estable y bien definida.
- Existe un desequilibrio en la aplicación de los estímulos morales y materiales y no se consideran en su unidad dialéctica.
- Su tratamiento no es integral.
- Débil conciencia de la importancia de la estimulación moral.
- Discriminación de los dirigentes en la aplicación de la estimulación tanto material como moral.

Actualmente, estas cuestiones se mantienen con mayor o menor intensidad. Con estas notas pretendemos promover la meditación y el análisis de la temática, la cual, sin lugar a dudas, es compleja y presenta muchas aristas de análisis; asimismo, por su significación, toma carácter urgente llegar a conclusiones lo más conciliadas posible y sin establecer dogmas de tipo alguno.


LAS NECESIDADES

El sentido de la vida de todos los seres humanos está en satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, ambos aspectos conforman un todo único, una unidad dialéctica. Uno no es complemento del otro. El ser humano, desde su formación en el vientre materno hasta la víspera de su muerte, requiere satisfacer sus necesidades tanto materiales como espirituales. Consecuentemente, no aceptamos como cierta, por demás no demostrada, la teoría de las jerarquía de las necesidades, sería como admitir que el niño sentirá la necesidad del amor cuando haya satisfecho la de alimentarse.

El empeño de satisfacer las necesidades materiales y espirituales, siempre crecientes, crea la energía indispensable para el avance y desarrollo de la sociedad. Cuando una sociedad no puede satisfacerlas en las amplias mayorías de la población, son inevitables los cambios revolucionarios, los cuales dan al traste con las condiciones imperantes y abren las puertas a una calidad de vida superior. Las necesidades están determinadas por un grupo diverso de factores entre los cuales podemos señalar:

- La naturaleza del ser humano.
- El régimen económico-social y su nivel de desarrollo económico.
- Las tradiciones y el desarrollo cultural.
- Las religiones prevalecientes.
- El sistema educacional.
- Los medios masivos de comunicación, etc.

Las necesidades espirituales y materiales se caracterizan por:

- Variar en el tiempo.
- Variar en el espacio.
- Ser crecientes.
- Específicas en cada ser humano.

La satisfacción de las necesidades materiales tiene un papel relevante en lo común de los integrantes de la sociedad, lo cual no significa que las espirituales estén ausentes y que, en determinados momentos, su relevancia sea mayor. El grado de insatisfacción de una necesidad determinará la prioridad que tenga en la conciencia del individuo y en sus acciones por satisfacerla.

Como bien señalan diversos autores, cuando el hombre no ve satisfecha una necesidad busca un medio de salida, ya sea psicológica (agresividad, descontento, tensión emocional, apatía, indiferencia, etc.), fisiológica (tensión nerviosa, insomnio, repercusiones cardíacas o digestivas, etc.) o viola sus principios ético-morales en aras de lograrlo. La base fundamental para satisfacer las necesidades materiales y la inmensa mayoría de las espirituales, es el trabajo, prioritariamente aquel que se realiza en la esfera de la producción material.

Dado lo señalado anteriormente, y teniendo en cuenta que el ser humano pasa una buena parte de su vida trabajando, adquiere una gran importancia que el trabajo se convierta en un motivo de alegría y satisfacción en sí mismo hasta constituir la primera necesidad vital, a la vez que permita la satisfacción de las necesidades materiales y las restantes necesidades espirituales.


LOS ESTÍMULOS

¿A qué llamamos estímulos? Los estímulos son aquellas acciones destinadas a satisfacer necesidades materiales y espirituales del hombre. Los estímulos en la esfera laboral hacen que el hombre utilice plenamente sus capacidades con mayor eficacia y eficiencia, a la vez de fomentar los valores ético-morales. Los estímulos, bien aplicados, fomentan las potencialidades del individuo, elevan su autoestima y coadyuvan a su plena realización en la vida. 
El sistema de estimulación es al centro de trabajo tan trascendente como el sistema nervioso al cuerpo humano; sin el mismo no hay desarrollo económico-social ni calidad de vida.

Al igual que las necesidades, los estímulos pueden ser materiales o morales (espirituales). Siempre que un estímulo material se otorgue con equidad y en función del aporte laboral y los méritos, adquiere una connotación moral; en la generalidad de los casos tiene, directa o indirectamente, a corto o largo plazo, connotación moral.
En la práctica, cada tipo de estímulo lleva en sí una porción del otro, teniendo, de forma general, la propiedad de ser trasmutables, uno adquiere propiedades del otro, satisfacen, a la vez, necesidades materiales y espirituales como regla.

La efectividad del sistema de estimulación dependerá del alto nivel de equidad que tenga, para lo cual, entre otros aspectos, hay que tener presentes los siguientes:

- La existencia de un sistema de capacitación que brinde a todos por igual la posibilidad de desarrollar plenamente sus capacidades.
- El establecimiento de normas, métodos y procedimientos que aseguren la incorporación, promoción y estabilidad en el trabajo en correspondencia con el aporte, las capacidades, los conocimientos y méritos laborales del individuo sin ningún tipo de discriminación.
- La existencia de un clima laboral que propicie la expresión de los criterios de los trabajadores en ocasión de decisiones laborales con las cuales no concuerden, así como el respeto, en todos los casos, a que sus reclamaciones sean atendidas por los órganos competentes, tanto desde el punto de vista de los procedimientos como de contenido.
- La fijación de indicadores para evaluar el aporte de cada trabajador y de procedimientos que eviten criterios subjetivos y voluntarismos que conduzcan a falsas apreciaciones.
- La organización de la estimulación en forma integrada con los restantes subsistemas que tienen que ver con los recursos humanos y con el funcionamiento en general de la empresa.
- La proyección de un sistema salarial en correspondencia con el principio de distribución socialista, que permita la evaluación cualitativa y cuantitativa del trabajo, tanto individual como colectiva, de forma tal que a aportes iguales correspondan salarios iguales.
- Que el salario mínimo dé plena respuesta a las necesidades básicas del trabajador.
- La estimulación debe abarcar todas las categorías ocupacionales: dirigentes, técnicos, obreros, trabajadores administrativos y de servicios.
- Fijar dentro del objeto social de cada entidad no solamente aquellos objetivos referidos a su actividad productiva o de servicios, sino también las relacionadas con el desarrollo multifacético del hombre, la elevación de la calidad de vida laboral.

La estimulación -moral y material- conforma un sistema abierto al medio y por lo tanto debe tratarse de manera integral e interrelacionada. 

La estimulación debe llevarse a cabo mediante un programa en el que todos los integrantes del colectivo participen, dirigiendo el proceso la máxima dirección de la empresa y los niveles superiores a ésta.

Al estimular, es imprescindible hacer corresponder lo máximo posible los intereses sociales, colectivos e individuales. Cuando esto no se logra, se crea una situación negativa en la obtención de los objetivos planteados.

En adición a los aspectos anteriormente señalados, en el sistema de estímulos -moral y material-se deben tener en cuenta, entre otros aspectos los siguientes:

- El estímulo debe estar dado por logros o resultados objetivos del trabajador o el colectivo, perfectamente medibles.
- El estímulo debe ser proporcional a los resultados o aportes.
- El sistema debe ser claro, sencillo y sobre aspectos en los que el trabajador pueda incidir.
- El estímulo debe ser oportuno.
- Debe existir equidad en el estímulo.
- El estímulo debe ser sistemático, evolucionando sus formas acorde a las circunstancias.
- El estímulo debe ser lo mas individualizado posible sin desestimar aquellos de carácter colectivo.


ESTÍMULOS MATERIALES

Los estímulos materiales son aquellos dirigidos a satisfacer necesidades materiales o espirituales para cuyo disfrute es necesario el dinero. Estos estímulos, sin exacerbarlos, ejercen una acción significativa en el desarrollo y fortalecimiento de los valores que deben caracterizar al hombre en la sociedad socialista: solidario, honesto, honrado, patriota e internacionalista, que no desee para los demás lo que no quiere para sí, ame al prójimo como a sí mismo, haga realidad la consigna de uno para todos y todos para uno.

La pobreza, la insatisfacción de las necesidades materiales es la causa fundamental de la pérdida de los valores ético-morales.

Entre los estímulos de carácter material podemos citar:

- El salario.
- El pago en divisas
- La vivienda.
- La prestación de servicios por el centro de trabajo a sus trabajadores.
- La entrega de artículos electro-domésticos.
- Las vacaciones pagadas, etc.

El salario constituye el principal estímulo material siempre y cuando el sistema refleje lo más exactamente posible la ley del pago por la calidad y cantidad de trabajo aportado. En la actualidad, de manera general, el sistema salarial no responde, ni por el nivel de las tarifas ni por el desarrollo de sus elementos a esta ley, lo cual impide que el salario juegue totalmente el papel que le corresponde.

ESTÍMULOS MORALES

Los estímulos morales son aquellos destinados a satisfacer necesidades espirituales del individuo, cuyo disfrute en determinados casos requiere la utilización del dinero. En la esfera laboral se destacan, entre otras, las siguientes formas de estímulo moral:

- El reconocimiento.
- La participación.
- El mejoramiento de las condiciones de trabajo.
- El enriquecimiento de los puestos de trabajo.
- Las actividades culturales, deportivas y recreativas.
- El clima laboral donde el respeto a la dignidad plena del hombre y al espíritu solidario y de cooperación sean sus elementos esenciales.

Algunos especialistas han restringido la estimulación moral solamente al reconocimiento, lo cual no se compadece con la naturaleza del hombre, ya que el mismo requiere de otro conjunto de estímulos para satisfacer su espiritualidad en el trabajo. La valoración cuantitativa de la incidencia de la productividad de los factores anteriormente señalados no resulta posible, ya que estos actúan de conjunto, tanto entre ellos, como con los estímulos de carácter material.


CALIDAD DE VIDA LABORAL

Fidel Castro, en sus más recientes comparecencias ha recalcado la importancia de la elevación de la calidad de vida del pueblo, concepto y aspiración que lógicamente comprende la actividad laboral. El ser humano adulto dedica prácticamente la mitad de su vida consciente a trabajar por lo cual no puede existir calidad de vida sin calidad de vida laboral. La calidad de vida laboral se manifiesta en la satisfacción moral y material que siente el ser humano con el trabajo que realiza, con la felicidad que obtiene en su quehacer laboral, con su autoestima. El trabajo, sólo como un medio de vida y hasta como un castigo debe ser transformado en un medio de realización personal, es la primera necesidad vital del hombre.

En tal sentido, el centro de trabajo no tiene como único objetivo cumplir su cometido económico o social, debe tener presente su papel formador del hombre nuevo en lo cual juega un papel esencial la creación de una calidad de vida laboral superior. Esta calidad de vida laboral, a su vez, es el factor determinante en la obtención de logros económicos. Sin calidad de vida laboral no puede haber excelencia empresarial. Mucho se ha hablado del papel protagónico fundamental y central del hombre en el proceso laboral, sin embargo, en muchos casos, esto no ha dejado de ser un verdadero eslogan.

La elevación de la calidad de vida laboral presupone, entre otras cuestiones, que se cumplan los siguientes aspectos:

1. Que cada ser humano tenga la posibilidad de optar sin discriminación alguna por un puesto de trabajo útil acorde a su capacidad y vocación.
a. La posibilidad de ascender laboralmente en consideración a su capacidad, conocimientos y méritos laborales.
b. Seguridad en el empleo y que todo movimiento de puesto de trabajo que se ejecute tenga presente sus resultados laborales, su capacidad, su voluntad y esté libre de toda discriminación y presión.
2. Lograr mediante transformaciones técnicas, tecnológicas y organizativas que cada día los puestos de trabajo incrementen su riqueza de contenido de forma tal que el trabajador pueda desarrollar al máximo, su iniciativa, creatividad y autonomía con responsabilidad.
3. Recibir un salario acorde a su aporte laboral, el cual le permita cubrir sus necesidades fundamentales, eliminando toda forma de igualitarismo en la distribución individual.
4. Existencia de un clima laboral caracterizado por la fraternidad, la colaboración, la ayuda mutua, el respeto entre todos los integrantes del colectivo particularmente las relaciones entre jefe y subordinado la disciplina y la legalidad.
5. El reconocimiento moral y material oportuno y publico de los logros alcanzados.
6. La posibilidad real de participación en todos los eventos del colectivo, la información oportuna de estos y sus resultados.
7. La existencia de condiciones para elevar la calificación técnico- profesional y el nivel cultural.
8. Condiciones laborales satisfactorias: organización del trabajo, disciplina, seguridad, alimentación, transporte, estética laboral etc.

Es necesario tener en cuenta otros factores para elevar la calidad de vida laboral, pero más lo importante de todo esto consiste en la toma de conciencia de su necesidad y establecer los programas de trabajo que nos lleven a la consecución de dicho objetivo. 

En sus palabras del 26 de mayo del año en curso, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro señaló:

...Conocer que los valores si constituyen la verdadera calidad de vida, la suprema calidad de vida aun por encima de alimento, techo y ropa. No disminuyo ni mucho menos la importancia de las necesidades materiales, siempre hay que colocarlas en primer lugar porque para poder estudiar, para adquirir esa otra calidad de vida hay que satisfacer determinadas necesidades que son físicas, que son materiales, pero la calidad de vida esta en los conocimientos, en la cultura.
Cuando un hombre termina su trabajo quiere ir a un lugar a ver una buena película, o a un teatro para ver una obra excelentemente presentada, o una danza, o un grupo musical. Ya después que desayunó y almorzó, lo que desea es esa recreación, distraerse. Nadie quiere que los hijos se entretengan o se recreen aprendiendo a consumir drogas, o viendo violencia y cosas absurdas, que envenenan la mente de ese niño, la calidad de vida es otra cosa, calidad de vida es patriotismo, calidad de vida es dignidad, calidad de vida es honor. Calidad de vida es la autoestima a la que tienen derecho a disfrutar todos los seres humanos.

(Fidel Castro, Periódico Granma, 28 de mayo de 2003, p.7.)

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