Cinco cosas que debes saber sobre Venezuela
1- Venezuela es un país del Tercer Mundo
A menudo escuchamos que no es lógico apoyar al chavismo y a la izquierda venezolana en general porque en Venezuela sigue habiendo delincuencia, corrupción, pobreza y escasez.
¡Por supuesto que siguen existiendo todas esas cosas, faltaría más! Debemos tener siempre en cuenta que Venezuela es un país tercermundista, esto es, un país explotado (y no explotador, como España, EEUU o Francia) a escala internacional. Durante siglos ha sido, formalmente o no, una colonia de los países avanzados (en términos capitalistas), quienes ponían y quitaban gobiernos a su antojo mientras el pueblo moría de hambre. Sería una auténtica locura exigirle al chavismo que solucionase todos los problemas propios del tercer mundo en 20 años. ¿Por qué no se le pide lo mismo a México, Perú o Haití?
Pese a todo y con muchas dificultades y obstáculos (a veces naturales, otras artificiales) el pueblo venezolano ha conquista mejoras sociales considerables. Entre ellas destacamos la Misión Vivienda, un plan que pretende otorgar casas a todos los venezolanos (especialmente a los que no cuentan con recursos) y que ha construido 550.569 casas desde su lanzamiento en abril de 2011.
Otro logro social venezolano fue convertirse en el segundo país con mayor porcentaje de universitarios en América, solo por detrás de Cuba. Durante el período 1999-2009 los inscritos en el subsistema de educación universitaria incrementaron un 193%.
Pero sin duda la mayor de las conquistas fue pasar de un 70% de pobreza en la época pre-chavista al actual 23%. Lo ciero es que no ha existido una gran redistribución de la riqueza. En 1997 el porcentaje del ingreso nacional que recibía el 70% de los hogares más pobres era del 38,7%, mientras que el 30% más rico disfrutaba del 61,3% de la riqueza. En 2002, esos porcentajes habían pasado a ser del 39,2% para el 70% más pobre y del 60,8% para el 30% más rico. Pero ha sido una redistribución acompañada de la gratuidad de servicios como la sanidad y la educación, significando pues un tremendo cambio para las clases populares y una pequeña molestia para los ricos.
2- El chavismo ha ganado 17 de las 18 elecciones realizadas en los últimos 15 años.
Entre ellas podemos citar las elecciones presidenciales de 1998, el referendo constituyente de 1999, el referéndum constitucional de 1999, las elecciones (anticipadas) presidenciales de 2000, el referéndum revocatorio (convocado por la oposición) de 2004, las elecciones regionales de 2004, los comicios legislativos de 2005, las elecciones presidenciales de 2006, el referéndum constitucional de 2007, las elecciones regionales de 2008, el referéndum constitucional de 2009, las elecciones regionales de 2012 o las anticipadas elecciones presidenciales de 2013.
Todas y cada una de estas elecciones se hicieron bajo la atenta y minuciosa mirada de organismos internacionales (UNSAUR, OEA, ONU...) o de personalidades como los parlamentarios españoles Francisco González Cabaña, del Partido Socialista Español (PSOE); Guillermo Mariscal, del Partido Popular (PP); William Delahunt, presidente de la firma consultora The Delahunt Group; Grahame Mark Morris, Diputado del Partido Laborista del Parlamento del Reino Unido, y Hugh O`Shaughnessy, reconocido periodista del periódico británico The Guardian, quien ha trabajado el tema latinoamericano por más de cuarenta años, por poner un pequeño ejemplo. También el Centro Carter (una fundación estadounidense sin ánimo de lucro que, entre otras cosas, observa procesos electorales) participó en labores de verificación en 1992 en Venezuela, llegando a afirmar que este país "tiene el mejor sistema electoral del mundo".
Los resultados han sido reconocidos por todos los países del mundo como legítimos, incluso por EEUU y España, aunque estos tuvieron sus reticencias en alguna ocasión.
Mientras, en otros países como Honduras o Colombia las elecciones vienen acompañadas de asesinatos de opositores, manipulación de votos y amenazas generalizadas. Pero la prensa occidental ha decidido callar al respecto, mostrando como siempre su injusta doble moral.
3- La oposición tiene carácter golpista
Por oposición entendemos a los principales adversarios políticos de un Gobierno. En el caso español la oposición correspondería a los movimientos sociales que se están enfrentando a recortes, privatizaciones y destrucción de derechos. Pero en Venezuela ocurre exactamente lo contrario: no son las clases populares las que protestan, sino que son los ricos y la clase media (no en su totalidad) los que incendian la calle.
Venezuela ha sufrido infinitos ataques de la patronal y los bancos, así como de sus representantes políticos (la derecha, agrupada en la plural Mesa de la Unidad) y sus aliados internacionales (básicamente EEUU y España, y por extensión todo occidente).
Se han dado huelgas de inversión, cierres patronales, sabotajes, especulación, aumento bestial de los precios (para generar escasez) y hasta destrucción de camiones que transportan alimentos. ¿Para qué? Pues para provocar resentimiento y frustración entre la población. Es la misma táctica que utiliza EEUU con Cuba: bloquean el país para que la economía se hunda y la gente se rebele. Pero, como reconocen algunas voces de la oposición, el chavismo ha sabido explicar que la escasez económica es fundamentalmente culpa del boicot de los empresarios.
Pero lo más importante de la oposición venezolana no es que sean las clases poderosas (empresarios, banca, ricos y clases medias) las que protestan, pues eso es normal en cualquier país donde gobierne la izquierda, sino su actitud claramente golpista.
¿Qué entendemos por actitud, o carácter, golpista? Podemos definirla como una disposición continua a derrocar un Gobierno legítimo y democrático utilizando vías violentas y antidemocráticas. Es decir, golpista no es aquel grupo que trata de dar un golpe de Estado y más adelante se retracta y cambia de estrategia, sino el que no ve otra opción política que el golpismo. Nadie puede decir que no es el caso de la derecha venezolana. Nadie puede negar que se trata de una oposición golpista. Todos sabemos que en abril de 2002 la derecha venezolana intentó dar un golpe militar e instaurar una dictadura al servicio de la oligarquía (de hecho, el presidente del país iba a serlo también de la patronal).
El principal método de la oposición ha sido inventarse encuestas electorales en las que la derecha sale victoriosa, para luego cantar fraude e incendiar las calles. La última vez anunciaron una supuesta quema masiva de sobres con votos, lo cual no deja de ser curioso porque el voto en Venezuela es electrónico. Otro método consiste en provocar caos en las calles e incitar a la policía para que intervenga (utilizando armas de fuego) para a continuación denunciar la represión. Y así ad infinitum. Es exactamente lo mismo que hicieron contra Allende hace 40 años.
Quizás el lector se haya sorprendido al saber que la oposición venezolana tiene poco de demócrata. Es normal porque la prensa occidental, claramente anti-chavista, nos presenta a tipejos como Leopoldo López o Capriles (ambos participes en golpes de Estado y desestabilizaciones violentas desde la victoria electoral de Chávez) como demócratas y luchadores por la libertad. Nada más alejado de la realidad.
Dicho esto, ni todos los integrantes de la oposición son de extrema derecha ni violentos, ni todos los que salen a la calle a protestar contra el Gobierno de Chávez ven en la derecha una opción mejor. Muchos venezolanos simplemente están hartos de la delincuencia (un problema en todo caso regional, no exclusivo de Venezuela) y la escasez (derivada, recordemos, básicamente del boicot y la especulación de las empresas privadas) y ejercen su derecho a protestar sin problemas.
4- EEUU está decidido a derrocar al chavismo
Los actores políticos que luchan por el poder en Venezuela no son sólo nacionales sino que van más allá de las fronteras del país suramericano. No podía faltar el dueño del continente, para el cual América Latina no es más que su patio trasero. Hablamos por supuesto de EEUU, país que lleva un siglo vigilando e interviniendo el más mínimo detalle de la política latinoamericana. Los yankis han financiado decenas de golpes de Estado, apoyado a los peores criminales (como Pinochet o Batista) y entrenado a las oposiciones más sádicas y antidemocráticas. No se trata de un invento de la izquierda, es una realidad innegable que las propias instituciones estadounidenses admiten sin problemas.
EEUU, que en tanto que potencia capitalista mundial sin apenas adversarios (cosa que cambiará en este siglo) se ha otorgado a sí mismo la capacidad de intervenir donde quiera y cuando quiera saltándose el Derecho Internacional a su antojo, no ha cesado de buscar el derrocamiento de la izquierda venezolana desde el mismo día que Chávez llegó a la presidencia. Los yankis han financiado a opositores, les han dado voz en sus medios (medios que satanizan al Gobierno venezolano a diario) y hasta les han educado, como es el caso de la nueva figura mediática de la derecha: Leopoldo López. Todas estas conspiraciones han provocado la expulsión de diplomáticos estadounidense de vez en cuando, a lo cual EEUU no ha replicado demasiado porque es algo perfectamente lógico. ¿Te imaginas que la embajada venezolana en EEUU financiase a opositores y promoviese el golpismo? La reacción de Obama probablemente sería mucho menos cívica que la de Maduro, y toda la prensa occidental se escandalizaría. Pero como es al revés parece que importa menos.
La injerencia estadounidense, completamente contraria a la ética y a las leyes internacionales, llega a límites insospechados. Wikileaks, organización mediática que publica documentos filtrados, desveló que Capriles (el principal dirigente opositor venezolano) tuvo contactos con EEUU durante el golpe de Estado de abril de 2002. La embajada norteamericana le habría instado a asaltar la embajada cubana, cosa que efectivamente hizo además de permitir el linchamiento de uno de sus ocupantes. Además, Capriles habría estado reunido con opositores cubanos cercanos al Gobierno estadounidense. Entre ellos hay socios del terrorista residente en Miami Posada Carriles, autor de varios atentados en Cuba destacando entre ellos el asesinato de 73 personas mediante la colocación de dinamita en un avión de pasajeros en 1976. Por supuesto esto ha pasado totalmente "desapercibido" en la prensa occidental.
Los vínculos entre EEUU y la derecha venezolana son innumerables, y queda claro que la Casa Blanca no descansará hasta ver al chavismo derrocado igual que no descansaron hasta asesinar a Salvador Allende. Sea como sea, no parece que Obama vaya a optar por una intervención militar directa, cosa que sí pretende su contrincante conservador John McCain.
5- Venezuela ha avanzado enormemente en materia democrática
Las conquistas venezolanas no se han dado únicamente en materia económica y social, sino que han llegado al terreno de la democracia.
El chavismo, o la recuperación de la dignidad por parte del pueblo venezolano, surgió como no podía ser de otra forma de un momento de tremenda crisis política. Venezuela era entonces una pseudodemocracia en la que mandaban los ricos y los pobres eran tiroteados cuando se manifestaban, como ocurrió durante el llamado Caracazo (1989). El comandante Chávez, de orígenes populares, decidió proponer un modelo de país en el que el poder surgiese de abajo y los gobernantes no pudiesen actuar al margen de los dictados del pueblo (sin perjuicio de lo que conlleva la democracia representativa, claro). Era una respuesta a un modelo corrupto, neoliberal y siervo de los intereses de EEUU.
Una de las medidas que llaman la atención desde Occidente, aparte del empoderamiento de las clases populares y la alta participación electoral, es la introducción del referendum revocatorio. En efecto, los venezolanos no solo tienen la posibilidad de elegir a su Gobierno, sino que también puede echarle cuando quiera. Esto viene establecido en el artículo 72 de la Constitución venezolana de 1999, que cito a continuación:
Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor de veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.
Tal fue el medio que utilizó la oposición venezolana en 2004 para intentar echar a Chávez de la presidencia, fracasando en su intento (el 58% de los votantes se posicionó a favor de la permanencia del Gobierno).
La existencia de esta posibilidad hace que la oposición quede continuamente en descrédito. Anuncian continuamente que el pueblo está contra el Gobierno y que este es ilegítimo. Pues si tan seguros de ello están, no tienen más que convocar un referendo revocatorio contra Maduro y esperar los resultados.
Otro medio democrático clave para comprender el socialismo venezolano en marcha son las Comunas. Las comunas son "una organización popular, de carácter local, basada en principios de cooperación y transparencia; en donde los delegados son elegidos por sufragio universal por periodos de tiempo de término fijo pudiendo ser tal condición revocada en cualquier momento." ¿Quién podría negarse a la construcción y extensión de organismos tales como las comunas? Sólo un antidemócrata podría rechazar esta forma de democracia directa en la que todos y todas son invitados para debatir, charlar y dirigir la política local.