Programa y Objetivos

Un programa político "es la explicación breve, clara y precisa de todas las cosas a las que un partido aspira y por las cuales lucha" (5) y tiene una "enorme importancia" para su "actividad cohesionada y consecuente "(6)

El programa no sólo tiene una gran significación para la cohesión ideológi­ca del partido sino que también tiene un importante papel práctico. En él se plasma el fundamento de toda la actividad del partido y se trazan tanto los objetivos finales como inmediatos del proceso revolucionario. El programa constituye una síntesis científica fundamentada, del rumbo a seguir y de las medidas y metas a alcanzar dentro de una etapa histórica determinada. Y si es correcto es de hecho "un anticipo científico del posible e inevitable fruto de las transformaciones políticas."

El programa del partido obrero debe expresar, según Lenin, los conceptos fundamentales acerca de su concepción de la sociedad, del papel del prole­tariado en ella y del sistema social que eliminara para siempre la explota­ción del hombre por el hombre, debe fijar con exactitud sus tareas políticas y señalar las reivindicaciones más cercanas, que son las que deben determi­nar el contenido de la labor de agitación parcial y fragmentaria a favor de pequeñas reivindicaciones, desligadas unas de otras, en agitación por el conjunto de todas las reivindicaciones para modificar en el sistema de domina­ción imperante.

La parte teórica del programa que se refiere a las metas que persigue el proletariado en última instancia: suprimir el régimen de producción capita­lista e instaurar el socialismo y luego el comunismo. ha sido denominado por Lenin Programa máximo y las reivindicaciones inmediatas programa mínimo.

En relación al contenido del programa Lenin insiste en que deben excluir­se de él los problemas tácticos. "El programa debe dejar abierta la cues­tión de los medios, y permitir a las organizaciones que luchen y a los congresos del partido que son los que fijan su táctica, la elección de los medios "(7).

Programa mínimo: forma de aglutinar fuerza

La vanguardia revolucionaria debe ser capaz de determinar en forma muy clara cuál es el "principal obstáculo" que debe vencer o el "primer objeti­vo" que debe proponerse la clase obrera para avanzar hacia su objetivo final: el socialismo, y es esta definición básica la que determina el conteni­do de las tareas políticas inmediatas o programa mínimo, tareas que deben reflejar los intereses de todos aquellos sectores de la población que se ven objetivamente perjudicados por la actual situación política, económica y social, es decir, de todos sus posibles aliados.

Si un partido revolucionario no es capaz de visualizar cuáles son las tareas concretas e inmediatas que permiten avanzar hacia el objetivo estratégico final, no podrá convertirse en una verdadera vanguardia revolucionaria ya que funcionará con puros esquemas abstractos que las masas populares difícilmente comprenderán.

Resumiendo, en todo programa de una vanguardia revolucionaria deben combinarse en forma dialéctica dos aspectos: el programa máximo y el programa mínimo. El primero se refiere a los aspectos socialistas, más precisamente, comunistas del programa que señalan el objetivo fi­nal del proletariado: el segundo se refiere a las tareas inmediatas o me­didas concretas que deben ser adoptadas, en correspondencia con las condiciones objetivas de ese período histórico, para aglutinar fuerzas y hacer avanzar el proceso revolucionario en la perspectiva de su meta final. Estos pasos prácticos reflejan los intereses de amplios sectores sociales que no necesariamente comparten el objetivo final socialista de la clase obrera.

Enemigo estratégico y enemigo inmediato

Para distinguir los conceptos de enemigo estratégico y enemigo inmediato es necesario distinguir entre objetivos inmediatos de la lucha de los trabaja­dores y su objetivo final.

Objetivo final

Lenin indicaba que el "... objetivo final de la lucha de la clase obrera..." es la supresión del régimen capitalista de producción. La lucha de la clase obrera contra los capitalista..." y sólo terminará "...cuando habiendo pasa­do el poder político a manos de la clase obrera, se pongan todas las fabri­cas, talleres, minas, así como las grandes haciendas a disposición de toda la sociedad y se organice la producción socialista general, dirigida por los propios obreros... "(8) Del carácter de este objetivo final de la lucha de la clase obrera deriva el que, siendo internacional el dominio del capital, su unión y cohesión no se circunscriban a los límites de un solo país o naciona­lidad, sino que sean el fruto de la lucha de los obreros de todos los países contra el capital internacional.

Objetivo inmediato

Este esta relacionado con el "principal obstáculo" que se encuentra la clase obrera para luchar por su objetivo final. Lenin indicaba que en Rusia el "principal obstáculo"(9) era el gobierno autocrático zarista, por tanto los revolucionarios rusos no se proponían como "objetivo político inmediato" aplastar a la burguesía que constituye su objetivo final. Al plantearse este objetivo inmediato se señala con ello "el punto central hacia el cual debe converger y en torno al cual debe condensarse" la actividad de la vanguar­dia.( 10)

Enemigo estratégico

Está directamente relacionado con el carácter de la revolución, en una so­ciedad capitalista desarrollada la burguesía es el enemigo estratégico de los trabajadores. En una sociedad semicolonial y semifeudal los enemigos es­tratégicos son las potencias imperialistas que explotan a ese país y los terra­tenientes feudales. En una sociedad capitalista dependiente los enemigos estratégicos son el imperialismo, los grandes terratenientes y la gran bur­guesía ligada al capital financiero, o lo, que habitualmente se ha llamado oligarquía financiera.

Enemigo inmediato

Está relacionado con la contradicción principal de esa etapa o el "principal obstáculo" que es necesario superar para que el movimiento revolucionario pueda avanzar hacia la realización de sus objetivos.

Es de importancia estratégica definir cuál es le principal obstáculo en cada etapa del desarrollo de la revolución. Su correcta definición permite decidir hacia dónde debe descargarse el golpe principal, aglutinando en torno a este objetivo al máximo de fuerzas sociales.

El enemigo inmediato adquiere diferentes formas en cada momento políti­co e histórico. Lenin en la revolución rusa caracteriza al enemigo inmediato de diversas maneras en cada momento. En 1919 señala que el enemigo inmediato es el avance contrarrevolucionario del general zarista Kolchak, en 1920 deja de ser Kolchak y pasa a ser Dinikin apoyado por fuerzas inter­nacionales, en otro momento es el "hambre" que azota al pueblo ruso, luego es "la escasez de víveres y materias para la industria" etc. En el caso chileno en la década de los ochenta por ejemplo algunos sectores caracterizaron la contradicción principal como "dictadura o democracia". Si no se resuelven estos diversos obstáculos no puede llevarse adelante la construcción material del socialismo.

Un dirigente político no puede limitarse a hablar de la necesidad de conti­nuar la lucha contra la burguesía y el capitalismo, sino que debe señalar cómo hacerlo concretamente; es decir, debe indicar cuál es el principal obs­táculo o traba que hay que vencer en cada situación concreta para continuar el avance hacia el objetivo final del proletariado.