La Primera Internacional
Engels: “la futura Internacional, tras algunos años de influencia de los textos de Marx, será directamente comunista”
La hermandad entre los trabajadores se remonta a los primeros esfuerzos de la clase obrera por crear sus primeras organizaciones autónomas. A la rebelión de los obreros lyoneses de 1830 sus hermanos proletarios ingleses lanzaron manifiestos de solidaridad. La clase obrera comienza sus primeros intentos creando pequeñas y efímeras estructuras que poco a poco, peldaño a peldaño, irán creando la senda para el surgimiento de la Internacional.
En 1846 se funda en Londres la asociación de los Fraternal Democrats, que establece contactos con la Asociation Démocratique creada en Bélgica por los radicales belgas, franceses y alemanes, su vicepresidente es Marx.
En 1853 surge un efímero Comité Central Democrático europeo compuesto de obreros proscritos de las revoluciones de 1848.
En 1856 se reúnen proscritos de la Comuna revolucionaria, socialistas polacos, carlistas españoles, comunistas alemanes; crean un International Committee, de breve existencia y poca cobertura mundial, pero que es casi un paso previo a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) de 1864 –la insigne Primera Internacional– puesto que muchos de los dirigentes del International Committee serán miembros del primer Comité Central de la AIT.
Ya en 1862 comienzan las primeras actividades encaminadas a la fundación de la Asociación Internacional; los trabajadores ingleses invitan a dirigentes obreros franceses a un mitin en Londres por la independencia de Polonia el 22 de julio de 1863, allí llegan seis obreros franceses: los broncistas Tolain y Perrachon, los mecánicos Aubert y Murat, el albañil Cohadon, el camisero Bibal; quienes junto a los ingleses establecen los puntos comunes de una futura organización internacional de trabajadores.
Nuestra gloriosa Primera Internacional se establece definitivamente en un mitin en Saint Martin’s Hall, el 29 de septiembre de 1864. Se establece un Comité Central Provisional de 50 personas: 21 ingleses, 10 alemanes, 9 franceses, 6 italianos, 2 polacos y 2 Suizos; se le encarga a cierto Karl Marx la elaboración de unos estatutos provisionales. La Asociación Internacional de Trabajadores debía realizar Congresos anuales.
Karl Marx ocupará un papel fundamental en la creación y desarrollo de la Primera Internacional, elaborando sus Estatutos y escribiendo sus primeros manifiestos. En el primer Manifiesto de la Internacional, el mismo 1864, Marx hará un balance general de las grandes jornadas obreras de 1848: “Es un hecho importantísimo que la miseria de la masa de trabajadores no ha disminuido en absoluto de 1848 a 1864, en el período que se distingue, entre todos, por un desarrollo sin precedentes de la industria, por un crecimiento inusitado del comercio.”
Esta primera internacional no será ajena a las polémicas y divisiones existentes en el seno de la políticamente novel clase obrera. Los sindicatos ingleses, las Trade Union en su clásica concepción economicista, se mantendrán muy cautelosa a la Internacional y se negarán sistemáticamente a las acciones “políticas”; el anarquismo bakunista será siempre enemigo de las concepciones organizativas de Marx que veía en la organización y disciplina de la clase obrera una de sus fundamentales armas.
La Internacional no será una organización poderosa, deberá librar fuertes combates contra el anarquismo y las aun muy fuertes concepciones utopistas pequeño-burguesas que aun distraen al proletariado de la verdadera ciencia revolucionaria que representan las ideas de Marx. Aun así, la Internacional desplegará todas sus modestas fuerzas en la defensa y solidaridad con la Comuna de París, de 1871, pero la derrota de ésta será un duro golpe para la primera Asociación Internacional de Trabajadores. Son perseguidos los dirigentes obreros alemanes y franceses; los burócratas de las Trade Union inglesas dan la espalda a la Comuna.
Ya en septiembre de 1872 se consuma la división entre bakunistas y marxistas; estos últimos deciden mudar la sede del Consejo General de la AIT a Nueva York en donde languidece hasta la formalización de su disolución en 1876.
Haciendo el balance de una década de actividad revolucionaria, escribirá Engels: “La Internacional, miembro del Consejo General ha dominado diez años de historia europea desde determinado aspecto, del aspecto que conduce al porvenir, y puede sentirse orgullosa de la obra que ha llevado a cabo. Pero sobrevive en su forma antigua. Yo creo que la futura Internacional, tras algunos años de influencia de los textos de Marx, será directamente comunista e implantará nuestros principios.”
Sus palabras no fueron proféticas, eso es para ese opio de las religiones, sus palabras son expresión de un análisis revolucionario y científico.