Edición de El Manifiesto del Partido Comunista publicado por el PCE y la Fundación de Investigaciones Marxistas [FIM]
El texto que se ofrece en esta edición es una de las más difundidas traducciones del Manifiestoque se han producido en castellano.
Fue también una de las primeras hechas directamente del alemán, puesto que hasta ese momento (hablamos de los años treinta del siglo XX) lo habitual era traducir de las varias versiones francesas disponibles. La elección de Wenceslao Roces tiene que ver entonces, y en primer lugar, con su competencia filológica –ampliamente reconocida-, pero también con su posición filosófica y política; con un reconocimiento, en fin, de su meritoria introducción del marxismo en España, con rigor y perspectiva. Desde las mismas filas del PCE, este políglota, especialista en derecho y en filosofía, entenderá su labor como una misión revolucionaria.
En relación al Manifiesto del Partido Comunista el profesor Roces explicaba con tino dónde reside su importancia, y así, colocándose frente a quienes lo querían «anestesiar a fuerza de olvido» criticaba a los que lo creían perenne y cierto en todas sus afirmaciones. Rompiendo esta dicotomía defenderá su vigencia:
[…] mientras haya una burguesía que derribar, cumpliendo los mandatos de la historia, y un proletariado que exaltar al Poder para instaurar desde él el régimen de sociedad que la historia ha hecho ya inseparable del progreso humano; es decir, mientras la revolución proletaria esté sin hacer y clame por ser ejecutada. Quienes crean que en este punto han cambiado las cosas, es que han cambiado ellos mismos. Para seres cuyo «socialismo» y cuyo espíritu «revolucionario» están expuestos a las corrientes de aire de todas las «crisis» –para decirlo con el eufemismo en que suelen envolverse todos los sometimientos y claudicaciones–, el mundo es capaz de cambiar cada veinticuatro horas. Pero estos cambios, aunque para quienes los experimentan sean el eje del universo, no son precisamente los que han de obligarnos a la revisión de una teoría como la contenida en el Manifiesto. [Del «Prólogo»; 1932]
Originalmente, su presentación inicial en la editorial Cénit, pretendía:
[…] dar al lector, mediante los documentos históricos más importantes, una visión clara de las condiciones en que el Manifiesto Comunista nació, y ayudarle a desarrollar, poniéndolos en relación con la doctrina marxista, con la historia general del socialismo y con los rasgos más salientes de la evolución social y económica, los principios en él contenidos. [Del «Prólogo»; 1932]
A este fin incluía multitud de documentos: desde las proclamas de la Liga de los Justos hasta las notas aclaratorias de Riazanov, también textos de Engels, Moses Hess o el mismo Labriola hasta configurar un volumen de más de quinientas páginas. No es este nuestro propósito. Lo que hoy se pretende es ofrecer un texto limpio, sin apenas notas, pero haciendo una mínima concesión a la crítica histórica: todos los prólogos de Marx y Engels que la tradición ha solido reunir en la mayoría de las ediciones se añaden como apéndices. De todos ellos, dos no fueron considerados por Roces: el prólogo a la segunda edición en ruso de 1882 y el prólogo a la edición inglesa de 1888. La intención es conseguir una renaturalización del texto, precisamente porque creemos con Roces que el núcleo filosófico y político del Manifiesto es capaz aún de engranar con la realidad de hoy, de explicarla y de ayudarnos a tejer una nueva alternativa uno de cuyos nudos lo constituirá este XIX Congreso del Partido Comunista de España. Comunistas: aquí está el motor.