Argumentario sobre el derecho al aborto
Ante los ataques al derecho al aborto en el contexto de la crisis capitalista y patriarcal, aquí van algunos argumentos para el debate.
1. Situar el debate más allá de la disputa entre PP y PSOE:
La crítica no puede limitarse a denunciar el último proyecto de reforma del PP del ministro Gallardón. Limitar la crítica a la actual reforma del PP (en contrapunto con las reformas anteriores) es limitar el debate a los términos que interesan al bipartidismo, como una falsa disputa en el marco del PPSOE. El aborto nunca ha sido un derecho efectivamente garantizado en este país bajo ningún gobierno.
2. El debate mediático sobre el aborto es una farsa: no entrar al falso debate sobre cuándo empieza la vida:
Si el debate se juega en los términos demagógicos al uso, el debate está perdido de antemano. Es imprescindible no entrar al debate en los términos en los que lo sitúa el PPSOE: cuándo comienza la vida del individuo en gestación, en qué momento de la gestación surge una persona humana, etc. El propio PSOE y sectores similares caen reiteradamente en esa trampa: la propia ministra de Igualdad del anterior gobierno del PSOE justificaba su reforma de plazos argumentando a partir de qué semana había el nasciturum se convierte en ser humano. Si se aceptan esos términos, “la derecha” ha ganado de antemano el debate: ellas defienden “la vida” y la responsabilidad sexual mientras que “la izquierda” desprecia la vida en defensa del capricho de mujeres irresponsables. Y a través de ese populismo sentimentalista hegemonizan a grandes sectores de las capas populares.
3. El falso debate de la vida nos condena a los falsos debates sobre plazos y/o supuestos de despenalización del aborto en vez de como derecho incuestionable:
El debate sobre en qué momento empieza la vida en gestación y en qué momento surge un individuo humano es un debate complejísimo no concluido y no cerrado a nivel científico y filosófico. La postura ante el derecho al aborto no se determina en función de este debate
porque ese no es realmente el tema en cuestión: la dicotomía “defensoras de la vida” / “desconsideradas ante la vida” es absolutamente falsa y tramposa. Si se acepta ese debate, la disputa política se centra en el debate de qué supuestos y/o plazos justifican que se consienta el aborto como una excepción. El objetivo es ganar el derecho al aborto cuando las mujeres así lo requieran (y denuciando la demagogia catastrofista: con acompañamiento médico garantizado ninguna mujer abortaría en una situación avanzada).
4. La trampa del falso debate demográfico:
El supuesto desprecio a la vida de quienes defienden el derecho al aborto (pero también el derecho al matrimonio igualitario, entre parejas del mismo sexo) es acusado de provocar una desatención al fomento de la natalidad. El proyecto de Gallardón viene justificado apelando a sus supuestos beneficios netos sobre la economía al motivar la natalidad. Pero es evidente que la natalidad no es un hecho “natural” sino una institución social que se fomenta con políticas públicas inexistentes e insuficientes por el PPSOE e inseparable del un mínimo nivel de bienestar y estabilidad social incompatible con el capitalismo y su crisis. El control de la natalidad es el control de la creación de la fuerza de trabajo: el debate es qué condiciones materiales son dignas para esa fuerza de trabajo. No son las legislaciones restrictivas las que logran reducir el número de abortos, sino agravar las consecuencias. Son las legislaciones tendentes a reconocer el aborto como un derecho, con amplia educación sexual y garantía de las condiciones materiales de mínimo bienestar quienes logran reducir la tasa de abortos y la violencia que ello supone para las mujeres.
5. Resituar el debate: el problema de los abortos no deseados:
Si el aborto es un tema no es porque haya diferencias sobre la dignidad de la vida sino por un hecho social incuestionable: los abortos no deseados. La cuestión es cómo abordamos el problema de los abortos no deseados sin moralizar hipócritamente las causas sino buscando soluciones eficaces. Dado el hecho de los abortos no deseados el primer paso es denunciar la hipocresía que supone enarbolar la bandera de la defensa de “la vida” cuando todos los organismos internacionales constatan que en los países con legislaciones restrictivas los abortos clandestinos son la principal causa de muerte de las mujeres en el mundo, un privilegio fuera del alcance de las mujeres de la clase trabajadora y las capas pupulares.
6. La verdadera disyuntiva: quién asume las causas sociales de los abortos no deseados:
El aborto no es una solución para nadie (nadie celebra que haya abortos y menos aún las mujeres que abortan) sino una medida de urgencia en situaciones trágicas. La diferencia reside en quién pretender huir hipócritamente del problema y quién está dispuesto a establecer las políticas públicas para evitar esos embarazos no deseados. El verdadero debate es por tanto el del derecho a la vida de las mujeres, a una vida sin violencia patriarcal, el derecho a la salud y a las condiciones materiales (infraestructurales y superestructurales) que ello implica. No existe una cobertura material del derecho a la natalidad en condiciones dignas y por tanto las posturas antiabortistas lo único que logran es una criminalización de la mujer que aborta.
7. Defender la vida es defender las condiciones materiales de la vida digna:
Es imprescindible situar los ataques al derecho al aborto en el contexto actual de recortes sociales de crisis capitalista. La salida capitalista a la crisis a través del ajuste salarial denunciada desde una perspectiva feminista da cuenta de las condiciones materiales en las que se encuentran las mujeres y cómo les afecta de forma específica dichos recortes : reformas laborales (baja salarial y abaratamiento y facilitación del despido), recortes en servicios públicos (privatización de sanidad y elitización del acceso a la educación), recortes en ayudas a la dependencia, falta de escuelas infantiles públicas, déficits en atención socio-sanitaria universal, ausencia de verdaderas políticas públicas de ayuda y fomento en condiciones dignas de la natalidad, ausencia de una verdadera educación sexual y garantías en los derechos sexuales y reproductivos.
8. El peligro de reducir el debate a la influencia de la “derechona” católica:
En el falso debate mediático limita a la derecha antiabortista a la derechona católica. El enemigo principal parece ser entonces el catolicismo (o la derecha católica) y un Partido Popular vendido por intereses electoralistas a los dictados de la jerarquía eclesiástica. Esos son de nuevo los términos del debate que le interesan al PPSOE. En ese debate se libran de la crítica los sectores capitalistas no católicos: neoliberales (Aguirre, Cifuentes, Villalobos, etc.) o social-liberales (PSOE, etc.). El problema de origen (y lo que hay que situar en el centro del debate) son las condiciones en las que el patriarcado y el capitalismo relegan a las mujeres. El mercado capitalista y la familia patriarcal no van necesariamente juntos, pero cuando lo hacen, se alían perfectamente.
9. No valen los argumentos pre-crisis: qué tiene que ver el aborto con la crisis:
La crisis capitalista y las medidas para lograr una salida igualmente capitalista a la misma (por parte del PPSOE) están suponiendo no sólo un aumento de la explotación de la clase trabajadora y las capas populares (recuperación del ciclo de acumulación del capital a través del ajuste salarial en la división social del trabajo) sino un agravamiento y una re-profundización de la división sexual del trabajo: la estrategia liberal provoca que en el espacio público se de un aumento de la explotación como salida a la crisis al tiempo que la estrategia patriarcal/machista (sea católica o no) recluye a las mujeres al espacio privado y mantiene a la familia nuclear patriarcal como el espacio que hace que la explotación sea soportable como válvula de escape. Fomentar la familia patriarcal (sostenida por las mujeres) les permite controlar los descontentos con la explotación social.
10. El paternalismo sobre las mujeres jóvenes:
La crisis capitalista está condenando a generaciones de jóvenes. Son las medidas para una salida capitalista de la crisis promovidas por el PPSOE quienes provocan esa situación. Y su única solución para las mujeres jóvenes es obligarlas a convertirse en madres a la fuerza con 16 años bajo el consentimiento de sus familiares sin autonomía propia. Replegar a las mujeres al ámbito domestico y agravar su situación de explotación capitalista y patriarcal. Antes de la crisis las mujeres tenían que huir al extranjero para poder abortar. En el contexto de la crisis, las mujeres están forzadas a emigrar por exilio económico y por condena patriarcal.
11. El derecho al propio cuerpo de todas las mujeres: aborto y cuestión LGTBI:
El derecho al aborto es el derecho a elegir en qué condiciones somos madres ante la violencia patriarcal y capitalista que les provoca a las mujeres tener o no tener hijos en las condiciones que ellas mismas elijan. Por eso la consigan es el derecho al propio cuerpo. Derecho al propio cuerpo de todas las mujeres. Para tenernos replegadas en la familia patriarcal no pueden tolerar que decidamos en qué condiciones queremos ser madres. Por los mismos motivos no pueden tolerar qué modelo de familia elegimos: por eso la reinvindicación del matrimonio no es sólo el derecho de una orientación sexual supuestamente minoritaría -y que en realidad está minorizada debido a la imposición de la heterosexualidad obligatoria- sino un cuestionamiento del pilar fundamental de la familia patriarcal ante el que exigimos el derecho a otros modelos de familia. Y por los mismos motivos no pueden tolerar el derecho de las personas transexuales a elegir su propio cuerpo, su sexo y su género: a elegir cómo responder a la forma en que el patriarcado nos somete a un sexo/género en un contexto tan represivo de división sexual del trabajo (a nivel infraestructural y superestructural).
12. Avanzar en concienciación feminista sin caer en vanguardismo retórico:
Desde la UJCE y desde el feminismo de clase tenemos claro el problema de la alianza entre capitalismo y patriarcado. En ciertos frentes y debates es clave plantear las consignas en términos comprensibles (explicando que “patriarcado” es “machismo”, etc.). Es imprescindible lograr que la reinvidcación del derecho al aborto esté en la agenda de la mayoría social como revindicación feminista fundamental y para ello es clave que se logre entender el problema por el conjunto de la clase trabajadora y las capas populares.