El 25 de Abril y la lucha del pueblo y la juventud contra el fascismo en España. La lucha de la juventud en España
Intervención de la UJCE, en el seminario con el mismo nombre con motivo del Congreso de la Juventud Comunista Portuguesa.
Estimados amigos, amigas, compañeros y compañeras
Estimados camaradas
Quiero en primer lugar agradecer en nombre de mi organización, la Unión de Juventudes Comunistas de España la invitación a intervenir en este seminario.
En nuestra opinión el titulo del seminario, es altamente apropiado, más allá de la memoria histórica de las gestas de la lucha contra el fascismo en España y en Portugal, sino que es oportuno, en base a nuestras experiencias históricas, saquemos conclusiones que sirvan para analizar la coyuntura actual, en el que en el marco de una de las mayores crisis del sistema capitalista, el resurgimiento del fascismo, es una realidad.
1.
Los pueblos que conforman el Estado español, tenemos una historia en común con nuestros hermanos y hermanas del pueblo portugués, no hablo de las uniones o divisiones de nuestras respectivas dinastías feudales opresoras, no hablo de Felipe I de España y II de Portugal, sino de las similitudes entre la clase obrera, los campesinos y los estudiantes españoles y portugueses, hablo de la lucha y la resistencia antifascista contra nuestros opresores y tiranos, de la lucha contra Salazar y contra Franco, hablo camaradas, de Álvaro Cunhal, y de Dolores Ibarruri, Pasionaria, del Madrid del ¡No Pasaran! Y del Portugal del “Grandola Vila Morena”.
Camaradas, la primera mitad del siglo XX estuvo marcada por el dominio de dictaduras fascistas, surgidas en respuesta al auge del movimiento obrero en ambos países, cuyas reivindicaciones se hacían intolerables para la burguesía, y sus progresivas conquistas se hacían ingestionables en el marco de la democracia burguesa. No debemos olvidar que el fascismo es una creación del capitalismo, en palabras del gran poeta alemán Bertolt Brecht “No hay peor fascista que un burgués asustado”.
Es en el momento de la lucha de clases donde la correlación de fuerzas amenaza la posición dominante de la burguesía en el que esta se libera de la fachada democrática, y trata de asegurar la derrota de las fuerzas de la clase trabajadora y el mantenimiento de sus beneficios por la vía militar, represiva, instaurando además mecanismos de gestión y control social basadas en una ideología chovinista y ultra-conservadora.
Así, en 1933 se impone el Estado Novo tras el golpe militar de 1926, cobra forma la dictadura salazarista, tan solo dos años después de la proclamación de la 2ª República Española. El estado novo portugués se convierte en el camino a seguir por muchos sectores de la derecha española, que desde ese momento comienzan a planear un golpe de estado que destruya las conquistas para la clase trabajadora española conseguidas con la 2ª República.
Al comienzo de la guerra civil española, el estado novo salazarista, apoya sin reservas al bando fascista, proporcionándole apoyo logístico y material, además de financiero. Este apoyo fue clave para la victoria franquista, pues permitió la comunicación entre las tropas fascistas que en un primer momento se encontraban divididas entre el norte y el sur del país, así como la disposición del territorio portugués para la entrega de material militar procedente de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini. Este apoyo y colaboración entre tiranías continuaría tras la victoria fascista en España y tras la II Guerra Mundial, cuando el gobierno franquista, apoyó logística y militarmente a Salazar para su guerra contra el heroico pueblo angolano que, liderado por el MPLA, buscaba conquistar su independencia.
Pero por otro lado, no debemos olvidar, que en el marco de lo que fue la guerra contra el fascismo, donde millares de hombres y mujeres de todo el mundo, siguiendo la consigna de la Internacional Comunista, encuadrados en las Brigadas Internacionales y entendiendo que en los campos de batalla españoles se forjaba el destino de Europa y el mundo, partieron de sus países a defender la República de la amenaza fascista, y entre ellos cientos de camaradas portugueses, dirigidos por el Partido Comunista Portugués.
Las y los comunistas españoles, no olvidamos la participación de los comunistas portugueses en nuestra guerra contra el fascismo, donde se dieron altas muestras de sacrificio en pos del internacionalismo proletario, a pesar de todas las dificultades, a pesar de la persecución de la policía política salazarista, de la ilegalización del PCP casi 10 años antes y del cierre de fronteras entre Portugal y España, experiencia heroica que reflejo hábilmente nuestro querido camarada Manuel Tiago, Álvaro Cunhal en su obra “A casa de Eulalia”.
2.
Tras la victoria franquista, nuestras dos organizaciones tienen una tarea similar, reconstruir un partido con capacidad de trabajar clandestinamente, que incorpore a la clase obrera y a la juventud, a la lucha por sus derechos, contra la represión y por el derrocamiento de la dictadura.
Es especialmente significativo el papel que la juventud protagonizó en la lucha contra el fascismo en España, participando decisivamente en el movimiento estudiantil y obrero. La participación del PCE y la UJCE, que fue reconstituida en 1961, en la creación del ala juvenil del naciente sindicato de clase Comisiones Obreras y la creación del Sindicato Democrático de Estudiantes, como alternativa al sindicato único fascista, demostró la fortaleza de la organización y la lucha en condiciones de reacción abierta.
A finales de los 60 principios de los 70, tras numerosos conflictos obreros y reivindicaciones de movimientos estudiantiles y vecinales, la dictadura franquista empezaba a debilitarse. Los comunistas lo tenían muy claro en un primer momento: el objetivo fundamental era derribar la dictadura, y por tanto los distintos conflictos sociales debían enmarcarse en la lucha contra la dictadura, englobarse bajo el paraguas de una misma estrategia común.
El carácter político con el que el PCE quería impregnar el movimiento popular era claro, la conquista del poder político se planteaba como premisa inexcusable para cualquier tipo de transformación social favorable a las masas trabajadoras, y por ello los movimientos tácticos y la política de alianzas debían girar en torno a esta lógica revolucionaria, entre ellos por supuesto el movimiento en defensa de la educación pública y otra serie de reivindicaciones locales y sectoriales.
La alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura, esto es, la unidad entre el movimiento estudiantil y la clase obrera actuando ésta como actor de vanguardia en la lucha por el derrocamiento del franquismo y la construcción socialista, fraguaría una escalada de conflictos en los centros de estudios del país al tenor de las condiciones que sufrían trabajadores y estudiantes y al impulso del PCE y las fuerzas de la izquierda. Los cierres de facultades y la presencia policial permanente en los campus, las detenciones masivas o el asesinato de estudiantes en Madrid, son ejemplos gráficos de lo que significó la lucha estudiantil contra la dictadura y su feroz represión.
En el plano del movimiento obrero el PCE y la UJCE estaban fuertemente enraizados en la clase obrera y en especial en el joven proletariado surgido de la industrialización incipiente. Trabajadores y trabajadoras jóvenes que comenzaban a socializarse en el trabajo asalariado tomando a las y los comunistas como referentes y comienzan a surgir bajo condiciones de clandestinidad las Comisiones Obreras, que eran asambleas de trabajadores para un conflicto concreto (por salarios, condiciones, solidaridad, etc..). El partido y la juventud se encargaban de dar amplitud y visión estratégica.
En ambos lugares el trabajo sindical se realiza como herramienta para la lucha sociopolítica. Y es que de hecho para el PCE y la UJCE apareció claro el papel revolucionario de las luchas concretas, la noción de que la denuncia diaria, concreta era la vía para que las amplias masas estudiantiles con una madurez política menor engrosaran las filas de la movilización social que en último término podía y debía devenir en movilización política que hiciera explicito que sólo un cambio radical de las estructuras del régimen acabaría en una solución real para los problemas concretos. Una vía que giraba en torno a la cuestión de la conquista del poder y el objetivo estratégico del derribe de la dictadura.
Si bien el papel que jugaron miles y miles de comunistas tanto en España, como en Portugal, se vio empañado en España por la política de “Reconciliación Nacional” que adopta el PCE a finales de los 60 y que con la adopción del Eurocomunismo deja a un lado los aspectos revolucionarios del programa antifascista y anti dictatorial.
Desde la UJCE hemos hecho fuerte autocrítica en nuestros últimos congresos acerca del papel que jugó el Eurocomunismo en España. De ahí que admiremos el papel del PCP y Álvaro Cunhal a la cabeza en el proceso de ruptura con el régimen fascista y por la ruptura democrática. La estrategia para el derrocamiento de la dictadura comenzó siendo similar en ambos partidos, pero la revolución nacional y democrática solo se cumplió en Portugal. Nosotros y nosotras hemos sacado algunas lecciones que por la dureza de las mismas hace que nos fortalezcamos, pues de ello depende el presente y el futuro de millones de jóvenes españoles que tienen que ver en la UJCE la organización revolucionaria de la juventud, que mira al pasado con naturalidad y criterio científico, extrayendo las conclusiones necesarias para el proyecto de la construcción socialista.
El eurocomunismo, que tanto criticó Cunhal elevaba los criterios tácticos, que varían en función del desarrollo de la lucha de clases, a nivel de principio general. Así, se renuncia a la ruptura democrática que se venía teorizando anteriormente y se acepta el nuevo marco ofrecido por los “aperturistas” del régimen en el cual se acepta la monarquía y la reforma democrática. No hay ruptura con el régimen anterior, sino una transición en la que se amplía la participación de la oposición, no se produce la depuración de los cuadros franquistas dentro del aparato estatal, no se recupera la memoria histórica de las y los luchadores republicanos y se apuntalan los resortes económicos para que la oligarquía española se introduzca en el polo imperialista de la UE.
En este sentido a nivel político no se conquista una revolución democrática y antimonopolista, a nivel social se ponen las bases para debilitar las organizaciones revolucionarias y el movimiento obrero y popular de masas y a nivel económico no se producen las necesarias nacionalizaciones de sectores estratégicos y expropiación de tierras a los latifundistas.
Las y los trabajadores españoles vemos un enorme ejemplo en la experiencia del hermano pueblo portugués, y el papel que su partido y su juventud comunista tuvieron durante el 25 de Abril, de ellos aprendemos para poder ir recogiendo esas experiencias que dieron un triunfo a la clase trabajadora y el pueblo, especialmente en estos días en que, fortificada en el Poder, una oligarquía ansiosa de beneficios, fascistizante, intenta en Portugal destruir lo que resta de la Revolución de Abril e impone al pueblo una auténtica dictadura del Capital, concretizada en leyes y decretos que traen a la memoria la era de Salazar.
3.
En este mismo sentido, en España, desde la llamada “transición democrática” los ultimas décadas han supuesto una constante pérdida de derechos para la juventud obrera y estudiantil, desde que en 1975 muriera Franco y se diera inicio a la democracia burguesa, perdidas que se aceleraron con la entrada de España en la Unión Europea. Asimismo, tras el fallido proyecto eurocomunista, la posterior debilidad del partido y la pérdida de influencia en las organizaciones sindicales y de masas han dificultado la respuesta organizada de la clase trabajadora a los ataques de la oligarquía española.
La juventud comunista, entendiendo que estamos en un proceso de acumulación de fuerzas y de refuerzo del Partido Comunista y las organizaciones de clase, asumimos desde hace mas de una década, una estrategia basada en varios puntos
1– Reconstrucción de la conciencia de clase, destinada a la elevación de la combatividad y el nivel político de las reivindicaciones y objetivos del movimiento obrero, estudiantil y vecinal.
2- Construcción de un gran Movimiento Juvenil Combativo, un movimiento que una a todos los sectores juveniles que están siendo atacados por el capitalismo en un frente amplio de lucha: explotados y excluidos, trabajadores y estudiantes, hombres y mujeres, migrantes y autóctonos; entendido como la unión de frentes concretos de lucha; y teniendo como tareas luchar contra el imperialismo y sus guerras, contra la cultura patriarcal y alienante, contra la explotación, el desempleo y la precariedad, por los derechos de la juventud a un empleo digno, a una educación y sanidad públicas, a una vivienda digna, al ocio, la cultura y el deporte en su país, bajo la premisa del Socialismo como único modelo capaz de garantizar estos derechos.
Estos dos puntos están orientados a nuestro objetivo estratégico, la construcción de poder popular que rompa con el marco actual, abriendo un Proceso Constituyente que instaure una III República como vía al socialismo.
Para la consecución de esta estrategia, la Juventud Comunista busca la construcción de movimiento popular a partir de los conflictos cotidianos que las y los trabajadores y estudiantes sufren los ataques del sistema y que tiene que ser necesariamente solucionados por los propios trabajadores afectados mediante el fomento de su participación en organizaciones de masas que pueda dar lugar a un poder popular paralelo al del estado.
Nuestra tarea es desarrollar organizaciones y movimiento popular de base y orientarlas hacia el interés de la clase trabajadora en su conjunto, creando vínculos de solidaridad y confluencia entre las diferentes organizaciones y movimientos para que confluyan en un frente único de lucha.
Por ello, nuestras luchas concretas se dan en torno a los frentes que consideramos prioritarios como son:
Frente estudiantil: Donde apostamos por la construcción del movimiento social y estudiantil por el derecho a la educación pública, en contra de los constantes recortes y supresión de becas, por una educación gratuita, de calidad, científico y universal. Uno de los puntos prioritarios de nuestra estrategia es el desarrollo y consolidación de la plataforma Estudiantes en Movimiento, como un sindicato estudiantil potente y organizado, superando el modelo de asambleas en base al que se organiza mayoritariamente el movimiento estudiantil. También hemos impulsado un frente de lucha de estudiantes afectados por la subida de las tasas universitarias, que ha logrado importantes victorias, evitando que miles de estudiantes sean expulsados de la universidad. Asimismo nuestra estrategia pasa también por sumar a las asociaciones de padres de alumnos, el personal administrativo y de servicios de los centros de estudio que también sufren los recortes.
Frente obrero: Donde apostamos por un sindicalismo de clase, combativo y reivindicativo, luchando por la recuperación del sindicato Comisiones Obreras, también por el incrementar la conciencia de clase de los jóvenes trabajadores vinculándolos a la lucha sindical en sus centros de trabajo. Asimismo participamos directamente en apoyo a los trabajadores en los numerosos conflictos obreros que se están dando en los últimos años por todo el país en varios sectores productivos como el sector servicios, naval, alimentario. Por último también realizamos un trabajo importante con los trabajadores desempleados a través de las Asambleas de parados y otras iniciativas como las marchas de parados.
Frente vecinal/barrial: En este frente contribuimos a desarrollar las luchas de masas a nivel vecinal, como puede ser la lucha del movimiento anti desahucios, la lucha por la solidaridad de clase a través de un movimiento nuevo impulsado por el partido y la juventud comunista, la Red de Solidaridad Popular, el cual recoge la experiencia del Socorro Rojo internacional, entre otras numerosas iniciativas como las recientes Marchas de la Dignidad, que desde primeros de marzo han recorrido el país confluyendo en Madrid el pasado día 22 de Marzo en una movilización masiva que reunió a mas de 1 millón de trabajadores y estudiantes en las calles de Madrid.
Por último también como UJCE entendemos fundamental nuestra participación en numerosas luchas, aportando perspectiva revolucionaria y juvenil, como puede ser el movimiento por una tercera republica, movimientos ecologistas, LGBT, movimientos de solidaridad internacional, así como el frente de jóvenes exiliados, esto es el trabajo político con jóvenes españoles que han tenido que salir del país en busca de un futuro.
Estas son las luchas que estamos llevando actualmente como organización juvenil comunista, que se resumen en el slogan de nuestro XII congreso. Conquistar el futuro, Construir el socialismo
Camaradas
Esta es la lucha de la juventud española, que coinciden en muchos puntos con la lucha de nuestros camaradas portugueses y otros en Europa y el Mundo. En el marco de la más grave crisis capitalista de la historia, el horizonte que se plantea para la juventud es sumamente grave y difícil, no solo por los recortes y las medidas de austeridad, sino por las ambiciones de los diferentes polos imperialistas de maximizar sus beneficios y eliminar competidores. Los ejemplos terribles de Libia, Siria, las amenazas contra el pueblo de Venezuela y más recientemente la intervención directa en Ucrania, donde la Unión Europea ha favorecido el auge del fascismo, al igual que hicieron las potencias de la vieja Europa en los años 30 en España y Portugal, sumado al auge del fascismo en otros países europeos como Grecia, Francia etc., crean un escenario en el que es necesario redoblar nuestros esfuerzos para garantizar un futuro digno para la humanidad. Un futuro que entendemos que solo puede ser el del Socialismo y el comunismo
Avante con Abril
Hasta la victoria siempre.